La gran turbidez del agua y el mal olor que exhala, se deben a que no está adecuadamente potabilizada. Esta afirmación tan severa es hecha por quien fue jefe de operaciones de la empresa regional Hidrolara, el ingeniero Julio Gutiérrez.
El vicepresidente del Colegio de Ingenieros del estado Lara, al ser entrevistado por Elimpulso.com, señaló que el problema radica en la mala gerencia de la empresa del servicio regional. Indicó que no fueron adquiridos los insumos potabilizadores oportunamente y se le ha ocasionado un problema a la población, tanto de Barquisimeto como a la de los municipios Morán y Jiménez, a las cuales surte el embalse Dos Cerritos.
«Las autoridades le están achacando la culpa a las lluvias, como si éste fuera un fenómeno extraño«, comentó.
El profesional de la ingeniería ofreció una explicación del servicio, la cual brevemente es la siguiente:
«Todos los años hay dos períodos climáticos: uno de invierno y otro de verano, cada uno de los cuales tiene una duración de seis meses. Lara tiene, para el suministro de agua a su población, tres embalses: Atarigua y Los Quediches, en el municipio Torres; y el de Dos Cerritos, en Morán. Para la potabilización del elemental líquido se requiere de químicos esenciales, como el sulfato de aluminio y el bactericida común del gas cloro. Ambos son producidos en el país. El primero por la empresa Ferrarca y el segundo por la petroquímica, ubicadas las dos en el estado Carabobo. Conviene precisar que para obtener agua de calidad tiene que existir un equipo químico, cuyas labores son permanentes durante la 24 horas del día. Dicho equipo, que trabaja por turnos, tiene que efectuar estudios físicos y químicos de toda el agua cruda, antes de ser procesada. No sólo examina la temperatura, sino también determina los elementos patógenos que contiene el líquido. En líneas generales, en el año se requieren de 338 gandolas con el sulfato de aluminio, que elimina la turbidez; y un cilindro de gas cloro diario», detalló el especialista.
Gutiérrez sostuvo que estos elementos tienen que ser solicitados con anticipación, «porque constituyen una necesidad apremiante» y, por tanto, la gerencia tiene que tener el presupuesto conveniente.
«Al carecer de suficientes elementos potabilizadores, el agua que se está recibiendo presenta un estado deplorable, ya que la turbidez es tan alta que el líquido se aprecia de color marrón y exhala un olor tan desagradable como de pescado en malas condiciones», destacó.
Agregó que las autoridades no han informado objetivamente la situación que se ha presentado y «achacan el mal a las precipitaciones pluviales, como si el agua que cae del cielo tuviera que venir ya potabilizada».
«Lo más indicado es que dígan la verdad y hagan las recomendaciones pertinentes para que el agua pueda ser consumida sin temor», aseveró.
Por último, destacó que el problema que tiene la administración pública es que congeló las tarifas desde el año 2018 y, por supuesto, carece de flujo de caja.
«Al momento, la hidrológica de Lara no tiene siquiera las disponibilidades para pagar la nómina, la cual está siendo asumida por el Ejecutivo del estado. Si una empresa del Estado no cubre por lo menos el 80% del costo del servicio, inevitablemente, tiene serias dificultades para operar. Y esto es precisamente lo que está sucediendo en el país», declaró el ingeniero Gutiérrez.