Chile comenzó a escribir un nuevo capítulo de su historia el sábado, con la celebración de las elecciones para designar a las 155 personas que elaborarán su nueva Constitución, que será paritaria y contará con voces del pueblo indígena. También se elegirán a gobernadores, alcaldes y concejales.
Casi 15 millones de chilenos están convocados a las urnas y más de 2.731 puntos de votación se distribuyeron a lo largo del país para la crucial e inédita jornada electoral del sábado y domingo. Los primeros que salieron a votar fueron principalmente adultos mayores y algunos grupos de jóvenes que expresaron su deseo de que Chile cambie hacia un país más justo.
Según los datos del Servicio Electoral (SERVEL) al final de la jornada, con el 94% de las mesas electorales contabilizadas había participado un 19% de los convocados a votar, es decir, 2.833.704 personas, aproximadamente un 40% de las que participaron en el plebiscito de octubre donde la participación se situó en el 51% del padrón electoral.
La jornada fue calificada como “exitosa” por el director del SERVEL, Andrés Tagle, por la constitución de todas las mesas y por haber transcurrido sin apenas incidentes.
Con el cierre de los colegios electorales el primer día se desarrollaba un inédito proceso de custodia de las urnas, que fueron selladas con sellos especiales que dejan marcas en caso de ser alterados y encerradas en lugares específicos y quedaron bajo la custodia de las Fuerzas Armadas y de población civil que en algunos casos se acercó a pasar la noche en los colegios electorales para salvaguardar las urnas y certificar así la legitimidad de la elección.
El presidente Sebastián Piñera emitió su voto por la mañana en un colegio del barrio adinerado de Las Condes donde reside.
“Es una de las elecciones más importantes de nuestra historia”, afirmó el mandatario a la salida de las urnas, al tiempo en que llamó a los chilenos a participar, sobre todo a los más jóvenes, con el fin de que hagan «un aporte al futuro de Chile”.
En estas elecciones, además de elegir a los constituyentes, se escogerán a alcaldes, concejales y gobernadores entre un número récord de candidatos (16.730) para 2.768 puestos. Los comicios estaban previstos a celebrarse en abril pero fueron postergados debido a un recrudecimiento de los contagios del nuevo coronavirus que obligó a férreas cuarentenas en el país.
La presencia paritaria de mujeres y de 17 escaños reservados a los diez pueblos originarios chilenos garantizan, junto a las muchas voces que buscan un mayor respeto al medioambiente, un texto constitucional distinto al que ha regido al país hasta ahora y que estableció un modelo neoliberal, según los expertos.
Pero varios analistas señalan el riesgo de que los partidos de derecha tradicionales y de ultraderecha, que se presentan unidos en una sola lista y se verían favorecidos por la aplicación del actual sistema de elección, resulten con más representación que las fuerzas de centroizquierda que llegan dispersas en más de ocho listas.
“El efecto que va a tener en el sistema proporcional de la lista más votada sale los candidatos más votados”, seguramente la derecha va a estar sobre representada en la Convención, dijo a The Associated Press el analista político de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes.
El 79% de los chilenos aprobó cambiar la Constitución legada por la dictadura de Pinochet (1973-1990) en un plebiscito el 25 de octubre del año pasado, cuando también decidieron que la nueva Carta Magna sea escrita en una inédita convención constitucional integrada por un número similar de hombres y mujeres.
El referéndum fue la respuesta institucional del Congreso para frenar las multitudinarias protestas que siguieron a un violento estallido social en octubre de 2019 contra las desigualdades en el país sudamericano.
Los chilenos respondieron a la salida institucional con una participación de un 51% en el plebiscito y ahora deben concretar la elección de la convención constitucional.