Barquisimeto abrió sus puertas al progreso hace más de cien años. La llegada del Ferrocarril a esta ciudad en 1891 marcó el inicio de una nueva era. Maravillas modernas como la luz eléctrica, arribaron por las vías del tren y hasta el aeroplano arribó en 1912, transportado en los vagones del tren.
Pero el invento que definitivamente impactó, fue el automóvil. En 1913 El Impulso, que aún circulaba en Carora, reseñaba el acontecimiento, ese año Edgar Anzola trajo para la venta los famosos Modelo T.
Francisco Alvarado compró uno de aquellos primeros carros y de inmediato lo puso a trabajar como taxi o carro de alquiler. Las tarifas variaban de acuerdo al día que se pedía el servicio. Los feriados se cobraban 28 Bs por hora y los días laborales 24 Bs la hora.
Tal fue el éxito del Modelo T, que de inmediato se abrió un consecionario y un Modelo T nuevo podía costar 1250 $. El uso del automóvil se generalizó y cada vez habían más carros en Barquisimeto y para el año 1926 El Impulso ya publicaba el nuevo reglamento automotriz.
Eran los tiempos en los que conducir o viajar un automóvil causaba gran emoción y regocijo, pero solo las familias adineradas podían darse el lujo de pagar las altas tarifas de alquiler.