Una nueva generación de startups se propone revolucionar el mercado inmobiliario automatizando la construcción de viviendas con impresoras 3D industriales.
Las impresoras 3D, o proceso de fabricación aditiva, emplean máquinas que despiden delgadas capas de plástico, metal, cemento y otros materiales, y las depositan una encima de la otra, produciendo objetos tridimensionales de abajo hacia arriba. En los últimos años, las impresoras 3D fueron usadas mayormente para producir pequeñas cantidades de objetos especializados, como repuestos de automóviles y prótesis, que permiten al consumidor o a los negocios producir solo la cantidad necesaria usando máquinas en la casa o el trabajo.
Una pequeña cantidad de startups de todo el mundo están aplicando ahora las impresoras 3D en la construcción de viviendas, afirmando que es un proceso más rápido, barato y sustentable que los métodos tradicionales. Aseguran que esta tecnología podría ayudar a combatir la escasez de viviendas, que hace subir los precios, genera hacinamientos y provoca desalojos, dejando gente en la calle.
La construcción con este método, no obstante, está dando recién sus primeros pasos. La mayoría de las stratups del sector están desarrollando nuevas tecnologías, sin llegar a construir viviendas.
Las empresas tienen que aumentar su capacidad de producción y convencer a la gente y los reguladores de que las casas fabricadas con impresoras 3D son seguras, durables y lindas de ver. Además, deben capacitar al personal que operará las máquinas e instalará las casas.
“Si las impresoras 3D pueden facilitar la construcción de una casa más rápidamente y con menos gastos, pueden ayudar a resolver parte del problema” de la vivienda, expresó Michelle Boyd, que dirige el Housing Lab del Centro Ternere para las Innovaciones en la Vivienda de la Universidad de California con sede en Berkley. Para combatir realmente la enorme escasez de casas con esta tecnología, sin embargo, habría que levantar muchas restricciones a la construcción de departamentos de varios pisos, señaló Boyd.
Los partidarios de esta tecnología dicen que ahorra grandes cantidades de madera, metal y otros materiales de construcción que terminan siendo descartados y llevados a vertederos. Agregan que reduce la necesidad de obreros de la construcción en momentos en que esa mano de obra escasea.
Jason Ballard, CEO y cofundador del startup ICON, dijo que el sistema de impresoras 3D puede hacer el trabajo de 10 o 20 obreros en cinco o seis oficios distintos. A diferencia de los humanos, las máquinas pueden trabajar las 24 horas del día, ahorrándole a las empresas tiempo y dinero.
“Con las impresoras 3D, podemos imprimir exactamente lo que necesitamos”, dijo Sam Ruben, cofundador de la firma y director de sustentabilidad de Mighty Buildings. El proceso puede eliminar casi todo desecho de la construcción y ahorrar de dos a tres toneladas de carbono por unidad.
En un taller de Mighty Buildings de Oakland (California), una impresora 3D deposita delgadas capas de un material parecido a la piedra que se endurece rápidamente bajo rayos ultravioletas y resiste el agua y el fuego. Los paneles que harán de paredes son despedidos una capa a la vez y rellenados con una espuma aislante. Aparatos automáticos incorporan diseños a las superficies.
La impresora puede producir toda la capa exterior de una vivienda pequeña o paredes interiores que pueden ser ensambladas fácilmente, de acuerdo con la empresa. Mighty Buildings está produciendo pequeñas unidades de 32 metros cuadrados (350 pies cuadrados) para los patios, que pueden ser usadas como habitaciones, oficinas, salas de juegos o gimnasios.
La firma ya entregó seis unidades y tiene 30 órdenes. Las unidades cuestan de 115.000 dólares para arriba, sin incluir la instalación. Se pueden combinar dos unidades para generar un espacio de unos 65 metros cuadrados (700 pies cuadrados).
Ruben afirma que el costo de construcción de estas viviendas es un 40% más bajo que el de las casas tradicionales en California.
La mayoría de los módulos son ensamblados en la fábrica y transportados en camiones a las propiedades, donde son instalados con grúas. El tamaño de las unidades depende de consideraciones como el camión de transporte a ser usado y la altura de los túneles y pasos a nivel que hay en el camino.
Mighty Buildings planea construir más fábricas y 1.000 unidades el año que viene. Además, está generando software que permite la construcción de casas al gusto del comprador. El objetivo a largo plazo es producir viviendas de varios pisos y complejos habitacionales, según Ruben.
ICON, con sede en Austin, Texas, usa impresoras 3D para producir viviendas de bajo costo. Ya construyó unidades para indigentes en Austin y para familias pobres de Nacajuca, en México. En lugar de producir las unidades en una fábrica, lleva su impresora Vulcan al lote donde se hará la construcción.
“Llevamos la fábrica a tu casa y la producimos en el lugar que ocupará la vivienda”, dijo el CEO y cofundador de ICON Jason Ballard. “Elegimos este método para eliminar el costo del trasporte y tener más libertad de diseño”.
“Los beneficios de la automatización y la digitalización que explotan tantas otras industrias no habían sido aprovechados en el sector de la construcción”, manifestó Ballard. “Las impresoras 3D son el sistema de automatización más poderoso que hay”.