La directiva y dirección de TalCual fijan posición sobre las denuncias aparecidas en una cuenta anónima de twitter creada hace algunos días en las cuales se señala a Víctor Amaya, trabajador de este medio, de ser acusado por violencia psicológica.
Las publicaciones hacen referencia y retoman algo expresado en febrero de 2020 por la periodista Alicia Hernández, desde su cuenta personal en twitter, en la cual narra episodios ocurridos durante una relación de pareja, aunque en sus tuits no menciona directamente a quién se refiere.
En uno de los tuits publicados hace días por la referida cuenta anónima se asegura que TalCual pasó por debajo de la mesa las acusaciones hechas hace un año, y que no se asumió de manera directa ni en los escritos que se publicaron en ese entonces en diferentes medios.
En principio fue decisión de la denunciante no mencionar a una persona en específico. Sin embargo, la denuncia expresada por Hernández fue tomada en cuenta de inmediato y levantó la preocupación de la directiva y del equipo de TalCual, ya que partimos de la realidad de que vivimos en una sociedad marcada por conductas culturales que vulneran a las mujeres, y somos un medio que sostiene una larga tradición de plantear revisiones profundas que construyan un necesario cambio de estructura social. Más aún, que permita relaciones de género justas, equitativas y responsables.
En esa oportunidad, en TalCual se abrió una investigación interna para indagar sobre la posibilidad de que esto hubiese involucrado a algún integrante de nuestro equipo y ocurrido en el entorno laboral, pero no hubo indicios ni fue reflejado en las consultas hechas al equipo de manera personal y confidencial. La directiva consideró que era importante concertar un encuentro directo con Alicia Hernández para escuchar y atender con detalle lo que contó. Esta reunión se dio y ella reiteró personalmente al director de este medio parte de la situación que narra en sus tuits y se respetó su decisión -la que ha sostenido un año después- de no hacer público en redes sociales el nombre de la persona que ella señala y que solo ha sido mencionado por terceros.
En paralelo el asunto fue tratado con todos los trabajadores del medio en una asamblea realizada el 10 de febrero de 2020, donde se abordó y se discutió el tema. Posteriormente se realizó un taller sobre la materia con todos los trabajadores del medio. Lo mismo ocurrió, un año después, el jueves 29 de abril de este año, cuando de nuevo fue abordado en otra asamblea que se realizó en la sede de TalCual, donde cada uno de los presentes pudo exponer su opinión sobre lo denunciado.
Queremos resaltar que la relación laboral de Víctor Amaya con TalCual es de hace 10 años y, en todo ese tiempo su comportamiento ha sido de relaciones respetuosas con los demás trabajadores, aportando su experiencia periodística a este medio. Durante este tiempo tampoco se ha presentado de manera directa o indirecta alguna acusación o señalamiento por alguna conducta que implique maltrato o violencia contra los integrantes del equipo que se relacione con Víctor Amaya.
La acusación realizada en la cuenta anónima de Twitter, fue tomada como base por la persona que funge como fiscal general de la República para abrir una investigación contra Víctor Amaya. Su actuación inicial está enmarcada en una violación al ordenamiento jurídico que rige sus funciones como fiscal, ya que está sometiendo al escarnio público a ciudadanos contra quienes no se ha comenzado formalmente una investigación que debe ser de carácter sumario. Al mismo tiempo valoramos la decisión de Víctor Amaya de hacer frente a esta investigación, tal como anunció a través de sus redes sociales.
Desde TalCual nos preocupa que en el marco de un tiempo y entorno propicio que está generando un debate alrededor de un problema estructural que vive la sociedad venezolana -y mundial- que se ha denominado #YoteCreo y que se ha transformado en poderosas plataformas para producir cambios efectivos que mejoren la vida de las mujeres, se aproveche este movimiento para apelar a la judicialización de casos como un método persecutorio y de hostigamiento para rédito político, mucho más si se trata de periodistas, sin que quede claro cuáles son los elementos, dentro del ámbito de la legislación vigente y pertinente para el caso por el cual fue anunciado el inicio de una investigación.
Estamos en medio de una oportunidad histórica y afortunadamente irreversible para revisarnos como sociedad, lo que nos obliga a repensarnos desde lo individual pero también en lo colectivo y enfrentarnos de una vez por todas a heridas dolorosas que se han ocultado bajo años de silencio. Una de ellas, el abuso y acoso sexual en entornos culturales, musicales, educativos y profesionales por parte de figuras relevantes o en posiciones de poder, pero también para identificar otras formas de violencia contra las mujeres, que solo pone de manifiesto las profundas desigualdades y delitos que se han enmascarado en dinámicas normalizadas que durante siglos han sometido a las mujeres a vivir el silencio y la opresión.
Es nuestra responsabilidad como medio de comunicación y como impulsores de una nueva estructura social.