Esto parece una paradoja, pero ocurre en países como Venezuela donde el periodismo radial no se ha desarrollado plenamente. Por lo que la posesión de tecnología digital se confunde con un salto cualitativo del género periodístico cuando en realidad es un hecho a medias. La sola tecnología no determina la mutación integral de los procesos informativos. Persiste el periodismo reflejo negador del consustancial de la radio como lo es el temporal.
De suyo estas tecnologías de la información y comunicación (tic) vienen a ser un complemento de las actividades de la radio como lo sostienen diexistas españoles. Ello por supuesto se corresponde con la situación de países con un avanzado sistema comunicacional alejado del uso parasitario de las mismas. Atribuirle efectos mágicos constituye un error. La tecnología hace más eficaz la comunicación de noticias, pero no lo es todo.
Tradicionalmente el periodismo radial venezolano ha sido el reflejo con copias de otros medios como el periódico y televisión negando su natural como lo es el temporal. En consecuencia, la radiodifusión ha tenido un género periodístico no acorde con sus códigos desde sus inicios en 1926 con la pionera estación AYRE. Lo demuestra el contrasentido de que el primer noticiero del país Noti Rumbos tenía como lema “el periódico impreso en la radio.”
Aparentemente con las novedosas tecnologías ese adverso cuadro ha cambiado, pero visto en contexto no es así. Los contenidos de plataformas como la web u otras tienen sus particulares códigos o formas de comunicar específicas. A veces exceden la cantidad de palabras requeridas científicamente en radio o están concebidos para el ojo humano muy distinto al oído.
Una situación complicada por la falta de procesamiento radiofónico de los mismos a consecuencia de la existencia de exiguo personal para hacerlo. Ese es precisamente la clave para resolver el problema, pero el periodista o locutor de guardia persisten en lecturas directas y mecánicas de los escritos de las plataformas actuales.
Ahora ha surgido la deplorable situación de remitir constantemente al oyente a los diversos dispositivos electrónico de la banda ancha. Un hecho que niega la natural función de la radio de informar al instante al escucha. En Venezuela la web ha sustituido al redactor y reportero. Es la nueva versión del periodismo reflejo en la era digital. Ello hasta el extremo del frecuente error de anunciar un video por radio que raya en la incompatibilidad.
La redacción de los portales Web tiene sus características específicas, entre estas la de ser una expresión de la multimedia que rebasa la radio. De esa forma cuando están dirigidos al ojo a veces los titulares no siguen la secuencia radial.
Por incompletos al leerse por radio generan vacíos. Recordemos que la radio es el “aquí y ahora” cuando de informar se trata, vale decir la inmediatez y actualidad al comunicar, aunque sea con los pocos elementos disponibles a la mano, pero sin remitidos a otras fuentes. Pues la razón de ser del periodismo radiofónico es la de comunicar al instante con la mayor precisión posible sin dejar al oyente en el limbo. Es el deber ser del periodista radial y el locutor informante.
Es evidente otra vez la ausencia de producción propia y el correcto tratamiento radial de los contenidos diferentes a la radio cuando se informa. Desviaciones que no suceden en la radiodifusión de EEUU, México, España y Colombia donde están descartados los periódicos y el uso inadecuado de las redes sociales, entre éstas la web. Por supuesto que el contraste es abismal por contar esos ecosistemas radiales con suficiente inversión económico, personal y recursos técnicos.
Esta distorsión no es posible afrontarla de forma individual sino de conjunto pues un solo palo no hace montaña. En la radiodifusión nos encontramos con comunicadores sociales que unilateralmente nada pueden hacer ante el problema. Casi obligados toman el camino de la convivencia con un sistema radial que desde 1926 informa tardíamente. En consecuencia, su práctica tropieza con la producción, técnica y estilo del periodismo temporal de la radio.
En Venezuela estamos muy lejanos de esa ideal realidad del periodismo temporal. Es todavía un subjetivo deseo. Una adversa situación agravada por la existencia de un régimen sociopolítico autoritario al que le viene como anillo al dedo el periodismo reflejo que anula lo temporal.
Lo cierto es que el periodismo temporal más las nuevas tecnologías no pueden abordarse con los viejos métodos del periodismo reflejo. Sus procedimientos son otros. Volveremos sobre el tema.
Freddy Torrealba Z.