El momento más esperado por los venezolanos llegó. Mañana será la beatificación del Siervo de Dios, ceremonia que trae esperanza y conforta a quienes creen en el poder de la oración
¿Coincidencia o Diosidencia? En 1918 la gripe española llegó a Venezuela, bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez, y dejó en el país al menos 25.000 muertos. Para ese entonces, la enfermedad fue enfrentada por el reconocido médico Luis Razetti y el próximo beato, el doctor José Gregorio Hernández.
Hoy, 103 años después, El Venerable sigue desde el cielo sanando a todos los venezolanos contagiados por la COVID-19 y liderando en primera línea al ejército de batas blancas que desafía diariamente al virus de Wuhan.
La beatificación del médico de los pobres no solo llegó en momentos duros para los venezolanos sino que vino a darle una píldora de confianza e inyectarle una dosis de fe a quienes creen en el poder de la oración y la intercesión del Dios Todopoderoso.
El obispo de la Diócesis de San Felipe y administrador apostólico de Barquisimeto, Monseñor Víctor Hugo Basabe, aseguró a Elimpulso.com que José Gregorio Hernández fue un hombre de Dios, que se esmeró a seguir a Jesucristo, y que vivió a lo largo de toda su vida un encuentro con el Señor para hacer suya la bondad en relación con sus fieles.
“José Gregorio no solamente es conocido como el médico científico sino como el hombre de Dios. Hoy nosotros vemos cómo esa bondad fue lo que lo llevó a este momento que vamos a vivir en su declaración como beato y Dios mediante en su próxima declaración como Santo de la iglesia católica”, aseveró Basabe.
Monseñor consideró que la beatificación de José Gregorio Hernández es un regalo de parte de Dios a todos los venezolanos porque es un modelo de santidad y de ciudadano.
“José Gregorio Hernández en el momento que vivió se preocupó de dar lo mejor de sí al pueblo venezolano desde su ser científico, docente, médico y cristiano. Fue un venezolano ejemplar, caracterizado por una gran decencia y sencillez, y eso lo demostró acercándose precisamente a quienes más necesidad tenía. El doctor José Gregorio Hernández también nos dice que la santidad no es una vocación exclusiva de unos pocos y excluyente para los demás. Todos estamos llamados a ser santo”, expresó.
Por su parte el padre Segundo Ulacio, delegado arquidiocesano para la beatificación de José Gregorio Hernández, destacó que «El Venerable» es el primer laico en convertirse en beato y resaltó la obediencia que tuvo a los planes de Dios.
“Hasta ahora tenemos tres beatas religiosas venezolanas y ahora nos encontramos con la figura de un laico que desde su vocación se entregó, se ofreció y luego de su muerte el país lo reconoce como santidad. Lo que se va vivir en Venezuela a partir de este viernes es una manifestación de esperanza que nos conforta el saber que estamos siendo mirados con misericordia por parte de Dios”, precisó Ulacio.
Cercanía con el paciente
Los médicos venezolanos en el mundo no solo son reconocidos por su gran preparación académica sino también por su cercanía con los pacientes. Esa empatía es la mayor herencia que pudo dejar el doctor José Gregorio Hernández a los profesionales de la salud en el país, así reflexiona el doctor Raúl Arocha, médico internista y gastroenterólogo.
“José Gregorio Hernández nos dictó cátedra de cómo tratar a nuestros pacientes y creo que esa es la mayor herencia que nos dejó y se evidencia en el éxito de muchos médicos venezolanos en el exterior. Sentir empatía y acercarse al paciente eso se lo debemos a él”, destacó Arocha.
El especialista sostuvo que el médico de los pobres hizo grandes aportes a la medicina venezolana y es considerado padre de la anatomía patológica, además de fundar las cátedras Histología Normal, Patología y Bacteriología. Fue un experto en interpretar exámenes de laboratorio.
“Una de las cosas que siempre nos dicen en nuestra carrera es que no existe compatibilidad entre la religión y la ciencia, lo cual es totalmente falso porque se complementa y José Gregorio demostró que la ciencia no es agnóstica y no está por encima de Dios”, aseveró el galeno.
El santo de los migrantes
Gerardo Pastrán, presidente Proyecto Juvenil Misionero (Projumi), aseguró que Hernández se convirtió en el santo de toda la diáspora porque él también sufrió la crueldad de la migración hacia tierras desconocidas.
“José Gregorio Hernández se convirtió en el santo de todos los migrantes porque él sintió el dolor de perder la familia, la soledad, el sufrimiento, pasó necesidades, pero su objetivo se cumplió porque tenía un proyecto de vida fermentador con base a Dios que todavía se mantiene”, manifestó.
Por otra parte, Pastrán recalcó que el médico de los pobres siempre estuvo claro que “con Dios todo, sin Dios nada”.
“Hoy vemos combinada la historia y el presente. Es como el Arauca y el Orinoco. Dos pandemias y ahí estuvo José Gregorio. Por eso digo, tengan la plena seguridad que quien está en la cabeza iluminando a los científicos y a los médicos es José Gregorio”, destacó.