Un microscopio, su sombrero, la aureola de santidad y un denario del rosario forman parte del relicario de nuestro beato. Un gozo que no puede describirse con palabras es lo que siente María Teresa Aristeguieta de Carmona, quien diseñó esta hermosa pieza que distribuirán en diócesis del país
¿Quién podría imaginarse que la beatificación de José Gregorio Hernández llegaría justo en medio de una pandemia? Resulta impactante cómo Dios habla en medio de esos detalles, pues su tiempo es perfecto.
Así reflexiona la diseñadora María Teresa Aristeguieta de Carmona sobre este momento de Gracia que se manifiesta en la elevación a los altares de nuestro José Gregorio. Y es que una llamada fue el inicio de toda una aventura de fe para la creación del relicario que contendría las exequias del venerable.
En hombros de María Teresa Aristeguieta y Matilde Sánchez recayó la responsabilidad de diseñar los 41 relicarios que serían distribuidos en las diversas arquidiócesis del país, basados en parámetros establecidos por el Cardenal Baltazar Porras Cardozo.
En detalle, el relicario debía contener: un microscopio, su sombrero, una aureola de santidad y el denario. «Hicimos un esfuerzo muy grande para cuidar cada detalle y que este relicario tuviera una representación de estos 4 elementos indispensables en la vida de José Gregorio Hernández».
La introducción del microscopio en Venezuela inició gracias a nuestro beato quien lo trajo desde Europa y lo puso al servicio de la microbiología, su especialidad. También está presente su sombrero, elemento característico por el cual se le reconoce a lo largo y ancho del país. «El denario tampoco podía faltar porque era muy devoto del santo rosario«, comentó Aristeguieta quien manifestó sentirse orgullosa de este diseño audaz y fuera de lo común.
Si bien esta virtuosa diseñadora ha ganado múltiples premios de talla internacional gracias a su extraordinario trabajo, fue esta experiencia la más gratificante de su vida pues trascendió lo humano para convertirse en un encuentro espiritual. «Me siento honrada y recibo esta bendición con humildad. Cuando estuve en contacto con las exequias de José Gregorio Hernández se me salieron las lágrimas y dije, me puedo morir tranquila… Es indescriptible la alegría que esta experiencia le ha dado a mi corazón».
Dios, en su infinito amor, unió almas y talentos para hacer de estos relicarios una verdadera obra de arte.
Fases del proceso
Cuatro fases fueron necesarias para la elaboración de los relicarios de José Gregorio Hernández. En primer lugar se establecieron los bocetos los cuales fueron aprobados por las autoridades eclesiásticas.
Posteriormente, se procedió a moldeado, producción y ensamblaje de piezas. «Fue increíble la cantidad de personas que quisieron sumarse y ayudar sin ningún tipo de interés comercial, demostrando la calidad humana de los venezolanos», agregó la diseñadora.
Con esta pieza, sus creadoras quisieron mostrar la austeridad y humildad característica de José Gregorio. Para ello usaron un tono color oro mate, menos brillante que los relicarios normales. La pieza se compone de tres partes: base, cuerpo y corona.
«La base circular permite el apoyo de la pieza y desde allí se incorpora otro elemento con base de espejo desde donde se modela la figura de un microscopio. Luego se colocan una especie de anillos que separan un cuerpo de otro. En la parte superior se ubica el sombrero negro, pensamos que por ser un elemento distintivo debería estar en la parte alta y terminamos con un aro doble que simboliza un denario, es decir el rosario de diez cuentas. Cada cuenta del denario está representada por perlas traídas de la Isla de Margarita», reseñaron las artistas.
Venezuela espera expectante la beatificación de José Gregorio Hernández, un hombre común que allana el camino al cielo con su modelo de santidad, que no consiste en hacer obras heroicas sino en convertir lo ordinario en algo extraordinario.
