El petróleo seguirá siendo una fuente de energía importante en Venezuela en los próximos 30 años y más aún el gas, porque se cuenta con suficientes reservas de ambos combustibles y se calcula que la recuperación de la industria petrolera y gasífera venezolana, se realizaría en un plazo de 8 años desde el momento en que se produzca el cambio político en el país.
El pronunciamiento corresponde al Ingeniero Asesor en el Área de Energía del Plan País Juan Szabo, experto petrolero, quien participó como ponente en el foro “Plan de recuperación de la industria de los hidrocarburos, un proceso continuo”. Organizado por la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional, con la participación como moderadores del evento los diputados Elías Matta y Luis Stefanelli.
Szabo es optimista y su experiencia en la materia lo confirma, que la Industria de Hidrocarburos es recuperable y además rentables, porque se cuenta con amplias reservas de crudo y gas, yacimientos en toda clase de etapas de madurez y la producción por pozo está declinando bajo las tecnologías actualmente utilizadas.
“Es un hecho que la producción de crudo pesado y mejoramiento es una combinación exitosa técnicamente y comercialmente por su capacidad de producir crudos sintéticos a precios muy competitivos. En cuanto al gas su producción es mayormente asociado hay una subutilización el país no está gasificado y no se le dan todos los usos que se deben dar en un estado de desarrollo”, afirmó.
Agregó que a pesar de tantos años de actividad petrolera todavía tiene un potencial exploratorio tanto en el oriente como en el occidente y cuenta con la infraestructura para manejar cuatros millones de barriles diarios de producción. No obstante, reconoció que el sistema de refinación nacional es significativo, pero su utilización es muy baja debido a la falta de inversión y de mantenimiento.
“La escasez de personal capacitado en todas las actividades de la industria y el marco legal y fiscal actual desincentiva la inversión y por lo tanto no permite hacer un plan de recuperación, de manera que es necesario cambiarlo”.
Considera que, si se quiere una industria petrolera funcionando y reactivada para poder arrancar el proceso de crecimiento económico y su diversificación, para el beneficio de todos los venezolanos, se necesita restablecer la confianza de los mercados internacionales y dentro del país, por lo que hay que suministrar combustible y materias primas en forma segura y estable.
“Tenemos que mostrar una industria petrolera que pueda garantizar y avalar la restructuración de la deuda y preparar al país a adaptarse a los nuevos esquemas de protección ambiental”, aseguró.
El ingeniero Szabo afirmó que existe el potencial de elevar la producción a 2,7 o 3,1 millones de barriles por día (MMBPD) dependiendo del escenario de precios a partir de los 8 años, o a partir del inicio del plan de recuperación. “La transición energética no es óbice para el renacer de la industria de los hidrocarburos en Venezuela”.
Sostiene el especialista que las nuevas realidades post-COVID y de descarbonización creciente, representan oportunidades para el desarrollo venezolano y mantenerse vigente en el mercado internacional.
Advirtió que la compleja situación política interna y la cambiante geopolítica internacional, imprimen incertidumbre a la implementación de las actividades y los posibles escenarios muestran una dispersión significativa en cuanto los resultados económicos del plan.
“Por eso es tan importante lograr el consenso político, no solo detrás de las leyes y los cambios fiscales, sino detrás del plan. Depende de nosotros tantos de los petroleros, los políticos y todo el país, si hay la luz al final del túnel”, dijo el ingeniero Szabo.