Para nadie es un secreto que el gremio de docentes de Venezuela tiene varios años denunciando que las instituciones del país no están en condiciones favorables para recibir a los estudiantes, y que los profesores no perciben un ingreso económico digno y justo que les permita sobrevivir en una Venezuela envuelta en crisis.
Por tal razón, mientras que transcurren los días y la crisis económica se continúa agravando en Venezuela, son más los docentes venezolanos que deben tomar la dura decisión de abandonar sus puestos de trabajo; bien sea para migrar hacia otro país, o simplemente por el hecho de tener que desempeñarse en otro oficio que le garantice un ingreso económico más elevado.
De hecho, a inicios del mes de marzo, Frank Andrade, secretario general del Colegio de Profesores de Venezuela, contó a Elimpulso.com que para aquella fecha, en el estado Lara se habían ido más de 200 docentes del país, presionados por la crítica situación a la que se enfrentan diariamente.
Sin embargo, se pudo conocer que la vocación de enseñar es tan fuerte, que muchos docentes larenses están optando por dar clases en las llamadas «tareas dirigidas«, lo que se convierte en una nueva ventana para conseguir un ingreso económico extra, y a su vez, mantener el oficio que tanto les llena.
Elena Méndez, profesora barquisimetana, contó a Elimpulso.com que desde hace unos meses comenzó a dar tareas dirigidas en la comunidad, aprovechando que muchos de los niños necesitan una asesoría más eficiente, tomando en cuenta que las clases se están impartiendo de manera virtual por la pandemia de la COVID-19, y este es un mecanismo que no es plenamente efectivo en Venezuela por las fallas de servicio y conexiones a Internet.
«Con lo que me pagan como profesora no vivo (…) pero tampoco es tan fácil conseguir otros trabajos. Lo que yo sé hacer es ser profesora, por eso empecé a dar las tareas dirigidas y con eso me ayudo mucho (…) no es demasiado pero me alcanza para comer y me siento útil», expresó.
Explicó que atiende a uno 6 niños tres veces a la semana, y que se esmera en cumplir con las medidas de bioseguridad por la pandemia de la COVID-19: «Los representantes los mandan con su antibacterial, su tapaboca y todos los implementos que necesitan para ver las clases«.
«Me siento bien, es una alternativa. Pero claro que lo que quiero es volver a las aulas de clase, pero con sueldos que alcancen«, agregó. Méndez contó que «al menos 5 de 10 docentes que conozco están haciendo esto, no nos queda de otra«.