El principal responsable de la destrucción del entramado empresarial del país, a lo largo de más de dos décadas, es el socialismo del siglo XXI, aseguró Jorge Botti ex presidente del gremio empresarial, durante su participación en el programa Escuela de Liderazgo Gremial de Fedecámaras.
Precisó que la realidad económica de China y la cuarta revolución industrial que impone nuevos patrones de producción, comercio y consumo, representan tal vez el reto más importante para el futuro de la libre empresa y la democracia.
Advirtió que el Estado venezolano ha sido siempre proclive a intervenir en el funcionamiento de los mercados y limitar la actividad de las empresas. Pero en los últimos 20 años, las amenazas y hechos reales en contra de la libre empresa en nuestro país han sido exponenciales. El denominado ´Socialismo del Siglo XXI´ ha destruido, por diseño ideológico, más de las dos terceras partes del entramado empresarial. Un largo y ruinoso proceso de intervención al funcionamiento del mercado, acompañado de una política de expropiaciones de forma compulsiva, colocó a Venezuela en los últimos lugares de la lista de países para hacer negocios y a la cola de las libertades económicas”.
El planteamiento lo hizo Botti durante su participación en el último módulo del programa Escuela de Liderazgo Gremial, que desarrolló el máximo organismo empresarial del país desde el pasado mes de marzo a través de su plataforma Campus Virtual Empresarial (CVEF), una iniciativa de formación respaldada por la Oficina de Actividades para los Empleadores (ACT/EMP) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Botti, reiteró que “la libre empresa se soporta sobre dos pilares que son clave para su propia existencia y desarrollo a lo largo de la historia: la libre iniciativa y la propiedad. La libertad personal para actuar, desarrollarse y crear, al margen y con independencia del poder, es la más pura esencia del desarrollo del ser humano y de la civilización como la conocemos”.
Y por otro lado el concepto de la propiedad está presente desde los grupos humanos más primitivos. “La defensa del territorio o del producto del trabajo es parte de la naturaleza humana. No es posible imaginar la libre empresa sin la propiedad plena sobre los resultados o el producto del trabajo, del esfuerzo y de la creatividad individual o de un grupo humano organizado”.
Un nuevo modelo
Botti aseguró que en estos momentos la democracia y la libre empresa enfrentan una nueva amenaza, al punto que se está dando un notorio retroceso en el número de países regidos por sistemas democráticos. Desde la última década del siglo XX, señaló, han surgido sistemas que podrían denominarse “mixtos”, en los cuales no existen las libertades políticas pero se mantienen espacios para economías de corte capitalista.
“El principal exponente de este modelo es, sin lugar a dudas, China. Con un impresionante desempeño económico, ha sido objeto de intensos debates que ponen en duda la necesidad de la existencia de regímenes democráticos como único ambiente posible para el desarrollo de la libre empresa. Esta realidad, conjuntamente con los retos que representa la denominada 4ta Revolución Industrial, caracterizada por la disrupción en los patrones de producción, de comercio y de consumo de la humanidad, significan tal vez el reto más importante para el futuro de la libre empresa y la democracia”, afirmó.