El comportamiento del consumidor puede definirse como la forma de pensar y actuar los consumidores al comprar y consumir los productos y servicios que proporcionan las empresas; por lo tanto, esto incluye: lo que compran, por qué lo compran, cuando, donde, con qué frecuencia lo compran y utilizan, como evalúan la compra.
Si bien todos los consumidores son únicos, una de las constantes más importantes entre todos nosotros, a pesar de nuestras diferencias, es que todos somos consumidores. Por lo regular usamos o consumimos alimentos, ropa, servicios e incluso ideas. Como consumidores, desempeñamos un rol vital en la salud económica local, nacional e internacional. Las decisiones de compra que tomamos afectan la demanda de materias primas básicas para la transportación, producción e influyen en el empleo de los trabajadores y el despliegue de recursos, el éxito en cualquier negocio, y especialmente en el mercado dinámico y rápidamente evolutivo de la actualidad; es por esto que los mercadólogos deben conocer aspectos relacionados con el consumidor y la forma como toman las decisiones de compra.
En su sentido más amplio, el comportamiento del consumidor describe dos tipos diferentes de entidades de consumo: el consumidor personal y el consumidor organizacional. El consumidor personal compra bienes y servicios para su propio uso del hogar; por lo tanto, los productos se compran para el uso de los individuos. La segunda categoría de consumidores; el consumidor organizacional, incluye organizaciones con fines o sin fines de lucro.
El comportamiento del consumidor bajo la filosofía del marketing.
El campo estratégico y aplicado del comportamiento del consumidor tiene sus orígenes en tres orientaciones de negocios filosóficamente diferentes, que llevan a una tendencia de negocios muy importante conocida como el concepto del marketing.
La primera de las tres orientaciones con frecuencia se denomina orientación a la producción, que se extiende desde la década de 1850 hasta finales de la 1920. El enfoque bajo esta concepción se centró en mejorar las habilidades de la manufactura para expandir la producción y elaborar más productos la atención se centraba en perfeccionar la capacidad productiva de la compañía.
La segunda orientación de negocios es hacia las ventas, que se extendió desde 1930 hasta mediados de 1950. Esta óptica consistía en vender más de lo que el departamento de producción era capaz de producir. Así, que esta segunda orientación se desarrolló a partir de la capacidad de producción expandida creada durante la orientación hacia la producción.
Par responder al creciente interés de los consumidores por productos y servicios que se adaptaran a sus necesidades y expectativas de los consumidores, a partir de 1950 las empresas comenzaron gradualmente a cambiar de una orientación a las ventas para adoptar a una orientación al marketing. La causa principal de la nueva orientación al marketing fue darse cuenta de que era el momento que las empresas se enfocaran más en los consumidores y las preferencias de estos; es decir, se trataba de darle el sitial de honor al consumidor en su planeación de negocios. De esta forma, el concepto de marketing se relaciona con lo que los consumidores desean, y no con aquello que la compañía encuentra más sencillo o menos costoso producir.
Msc. Julio Cesar Vargas
Redes sociales:
Twitter:@jvargaslara
Facebook y correo electrónico: [email protected]
Instagram: @jvargascalles30