El parque que se creó a comienzos de la década de los 60 para constituir un pulmón vegetal en medio de la ciudad de Barquisimeto, se niega a desvanecerse entre el descuido y la inseguridad. Tras reparaciones que le han realizado al menos las más recientes gestiones municipales de Iribarren y algunas organizaciones independientes, la Concha Acústica puede visitarse de nuevo como centro de recreación.
Conocido como la Concha Acústica, el nombre de este lugar de esparcimiento es San Juan Bautista de la Salle, en honor al patrono de los educadores cristianos. Actualmente se puede disfrutar desde su entrada por la carrera 17, en pleno Casco Histórico de Barquisimeto, de un puñado de árboles y plantas que otorgan frescura y un ambiente natural a este escondido espacio en el centro de la ciudad crepuscular.
Al adentrarse, el visitante se topará con una estatua de Simón Bolívar, El Libertador, erigida para rememorar su paso por esta zona en agosto de 1.821. Al continuar, se ven algunas casas de la zona y de inmediato las escaleras que asoman el pequeño pulmón vegetal que ya hemos mencionado.
Dos lagunas espejo, una pequeña corriente de agua viva que sutilmente atraviesa el piso y decenas de plantas dan la bienvenida al centro del parque, para luego observar la famosa concha, la cual ha sido testigo de eventos y grandes cantantes en años pasados.
La laguna central es el hogar de peces de diversas especies, los cuales constituyen uno de los principales atractivos del parque, sobre todo para los niños. Si continúa la caminata hacia el lado de la citada laguna, encontrará la unidad canina de la Policía de Lara y a salida hacia la, ya inutilizada, Avenida Uruguay.
Pero si va al contario, recorrerá de nuevo la concha y paseará por una caminería con dos taludes a los lados, de los que emergen árboles y pequeñas plantas, los cuales hacen sentir en un ambiente montañoso. Al finalizar el camino, lo espera una larga escalera que lo regresa de nuevo a la carrera 17.
Este parque ha sido tomado, en años pasados, como guarida de ladores y el sitio donde se cometían actos delictivos a espaldas de la ciudad, debido a su ubicación; sin embargo en 2017 fue restaurado por la administración de Alfredo Ramos y ahora, 4 años después, se le aplicó nuevamente una restauración de sus espacios que incluyó pintura, iluminación, drenajes, pulitura de pisos, entre otras acciones, de acuerdo con información suministrada por la actual Alcaldía de Iribarren.