Este sábado 17 de abril, en el Castillo de Windsor de Londres, se llevó a cabo el funeral del príncipe Felipe con un número reducido de asistentes.
Debido a las restricciones por el coronavirus, a la capilla de San Jorge solo se permitió la entrada de 30 personas, en lugar de los 800 invitados que fueron incluidos originalmente.
También para evitar la congregación de multitudes, tanto la procesión fúnebre como la misa se realizaron dentro de los terrenos del castillo, una residencia real de 950 años de antigüedad ubicada a unos 30 kilómetros al oeste de Londres.
Durante el funeral, Felipe fue recordado como un hombre de “valor, fuerza y fe”, además se le rindió homenaje tanto por sus servicios en la Marina Real como el apoyo que brindó a la reina Isabel II durante más de 70 años.
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Los restos del duque de Edimburgo, quien falleció el 9 de abril a los 99 años, descansarán en la Bóveda Real del Castillo de Windsor.