El Pato Negro es un ave vistosa y enigmática. Poco se sabe de ella en nuestro país, pero el rojo de los ojos del macho de la especie, atrae y aterra a quienes se tropiezan con ella.
Pero no todos tienen los ojos rojos, pues presenta dimorfismo sexual. El macho tiene sus partes superiores de tono castaño oscuro con tinte purpura, su cabeza y cuello superior más negruzcos, las alas son pardas oscuras, sus patas negras, el pico gris azulado con punta negra y los llamativos ojos rojos.
La hembra por su parte, tiene un tono pardo más pálido hacia las partes inferiores. Plumas de la base del pico, garganta, lados del cuello blanquecinos y las alas más pálidas que el macho.
Las aves jóvenes se parecen a la hembra adulta, pero las marcas blancas de la cara se notan menos. Los polluelos son de color castaño oliváceo en la parte posterior del cuello y la espalda. La frente, la garganta y la cara son de color amarillo pálido, las orejas de oliva-marrón.
El Pato Negro necesita agua dulce con una rica vegetación sumergida. Vive generalmente en lagos, lagunas o pantanos de diferentes tamaños y profundidades, permanentes o temporales. En Venezuela, también vive en los campos de arroz.
Durante la temporada de reproducción se encuentra generalmente en parejas o individualmente en pequeños grupos. Durante la temporada no reproductiva es relativamente sociable, con bandadas de varios cientos de aves (una vez llegaron a registrase 5 mil).
Estas congregaciones grandes por lo general sólo se producen durante la estación seca, bajo la presión de la reducción de las superficies de agua.
Cabe destacar que en África ha sido ampliamente estudiada, pero en América, es muy poco lo que se conoce sobre la especie. En Venezuela, a pesar de ser un ave en peligro de extinción, no se han realizado esfuerzos específicos para su conservación.