Más de 400 venezolanos divulgaron este jueves una carta dirigida a la opinión pública, gobiernos y organizaciones internacionales para exigir que presionen y obliguen al régimen de Nicolás Maduro a dejar entrar las vacunas contra la COVID.-19 y así frenar el incremento de enfermos y fallecidos por el virus en Venezuela.
“Nicolás Maduro no quiere que lleguen vacunas al país”, ratifican los firmantes del documento, por lo que proponen como medida inmediata la donación de vacunas por parte de aquellos países que puedan tener un excedente de dosis, en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Cruz Roja Internacional y otros organismos internacionales.
Los proponentes de la iniciativa -entre quienes se encuentran María Corina Machado, Antonio Ledezma, David Smolansky, Diego Arria, Humberto Calderón Berti, Asdrúbal Aguiar, Carlos Ortega y Enrique Aristeguieta Gramcko, además de personalidades como Tamara Sujú, Rayma Suprani, George Harris, Milos Alcalay, Andrés Mezgravis, Teresa Albanes, Soledad Bravo y otros miembros de la sociedad civil- también hacen un llamado a los venezolanos, dentro y fuera del país, así como a las iglesias y demás aliados internacionales, a elevar “las denuncias sobre los nuevos crímenes que está cometiendo el régimen de Nicolás Maduro en este intento selectivo de aniquilación de millones de venezolanos”.
Para ello, sugieren como destinatarios de esta exigencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Corte Penal Internacional (CPI), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, considerando que hoy en Venezuela ni siquiera existe un plan nacional de vacunación al que todos los ciudadanos tengan acceso, sin discriminación.
“El mismo régimen que intencionalmente ha provocado la huida de más de 5,5 millones de venezolanos y la hambruna de 9,3 millones de personas, es el mismo que ahora condena a muerte a los venezolanos que luchan contra el virus”, reza la carta, en la que también denuncian la muerte de más de 470 trabajadores de la salud por Covid-19, la cifra más alta de la región.
ONU y OEA, acciones efectivas
Los firmantes de la carta proponen, además, que se adelanten las gestiones necesarias con los países aliados para convocar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, bajo la Fórmula Arria, y dar vocería a expertos y personalidades venezolanas que denuncien la situación del país, así como impulsar acciones enmarcadas en la Responsabilidad de Proteger (R2P), considerando la reciente propuesta de Bélgica, Botsuana, Costa Rica, Croacia, República Checa, Dinamarca, Guatemala, Luxemburgo, Marruecos, Catar, Corea del Sur, Rumania y Ruanda.
Finalmente, exigen que se convoque de inmediato una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para presentar las evidencias que demuestren la negligencia de Maduro y su régimen en el manejo de la pandemia y el ingreso de las vacunas.
De acuerdo con estos más de 400 venezolanos, quienes ostentan el poder en Venezuela sólo han usado la pandemia “como excusa para afianzar su control social” y mentir sobre la llegada de las vacunas, mientras utilizan las sanciones internacionales como excusa para el intencional retraso de la vacunación en el país, aun teniendo los recursos para pagar las dosis sin ningún impedimento por parte de las sanciones, como lo hizo Irán.
“Han sido meses de retraso intencional que han significado vidas perdidas por responsabilidad del régimen, que ahora pretenderá utilizar estas vacunas, sin ningún tipo de transparencia y discriminando a los venezolanos en su aplicación”, afirman sobre la última declaración del régimen según la cual, a través del programa de la OMS llamado COVAX, se recibirá un lote de vacunas para un 20% de la población.
Y agregan: “Sabemos que las vacunas provenientes del programa COVAX no serán suficientes para inmunizar al país. También sabemos que las vacunas que ha prometido el régimen no llegarán y, las que lleguen, serán utilizadas bajo un esquema de corrupción y opacidad que no beneficiará a quienes más necesitan ser vacunados”.
Mientras todo esto ocurre, cada día en Venezuela se disparan las cifras de fallecidos por el ataque del virus; los centros de salud, públicos y privados, están colapsados; Maduro y su cúpula restriegan a los ciudadanos que ya se vacunaron y pretenden que los venezolanos esperen resultados de “gotas milagrosas” y ensayos de vacunas como la cubana, llamada “Abdala”. Estas acciones deliberadas, a juicio de los firmantes, engrosan la lista de violaciones a los derechos humanos por parte del régimen, así como los crímenes de lesa humanidad cometidos hasta hoy, gracias a lo que calificaron como una “política de exterminio en cámara lenta”.