Para hacer frente a los retos de la nueva temporada de reproducción dela Cotorra Margariteña (Amazona barbadensis), se alistan los Ecoguardianes, un grupo de voluntarios que apoya a la ONG ambientalista Provita en su Programa de Conservación de este psitácido.
Las actividades previas a la temporada abarcan la realización de un censo de aves en estado silvestre, así como la identificación de zonas de alimentación y dormideros de las aves; identificación, marcaje, evaluación y reparación de nidos; al igual que la identificación de los puntos de observación para el seguimiento y control del comportamiento de las aves durante toda la temporada, explicó José Manuel Briceño, director para Nueva Esparta de Provita.
“Contamos con un extraordinario equipo multidisciplinario que hace sus aportes en favor de la naturaleza. Nuestro mayor reto es erradicar la extracción pichones de cotorra para así elevar la cantidad de individuos en su hábitat, lo que contempla, desde luego, sensibilizar a toda la población sobre la importancia de la flora y fauna local al tiempo de sumarlos a las actividades de conservación y educación que llevamos adelante”, comentó Briceño.
Los ecoguardianes son capacitados para realizar su labor, además se les instruye sobre los protocolos de bioseguridad para que se protejan ante la COVID-19 y sus variantes.
“Esta es una experiencia muy bonita que hacemos cada año, no sólo hablamos dela conservación de la cotorra, sino de todo su hábitat y las especies que en él coexisten”, explicó el ecoguardián Gabriel León. Pablo Antonio Millán, también ecoguardián de amplia experiencia, explica que parte del trabajo que realizan consiste en la reparación de los nidos para que estén en óptimas condiciones para la nueva temporada.
“No se trata de intervenir en el proceso natural del ave, sino de ayudar a que más cotorras puedan volar al término de la temporada y con ello estaremos dando un aporte muy grande a la diversidad de Margarita”, detalló Millán.
Eusebio Millán, destacó el rol de la vigilancia permanente para evitar el saqueo de los nidos y la extracción de pichones para ser comercializados como mascotas. “Para muchas personas representa una oportunidad para el lucro, sin embargo desconocen el daño que ocasionan a todo el bosque y en particular a la cotorra como especie”, dijo.
Yanelvi Marín, quien forma parte de los ecoguardianes desde hace 3 años, resaltó la importancia de la participación de todos, pues “este no es sólo un trabajo para el Estado o para los ecoguardianes”, sino que instó a la comunidad a “sumar esfuerzos para proteger nuestra fauna local, evitar y denunciar el saqueo de nidos o la comercialización de especies, independientemente de cual sea”.
Los ecoguardianes alertaron a los residentes de la península de Macanao para que sean celosos vigilantes de la fauna y flora silvestre de la región.
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