En el continente americano, Venezuela es el país con la peor preparación para combatir la COVID-19, aseveró a Elimpulso.com, el doctor José Félix Oletta, exministro de Salud.
Al día de hoy no se sabe de cuántas camas hay disponibles para los enfermos que han contraído el virus, pero lo más inquietante es que cada día aumenta el número de pacientes que deben ingresar a cuidados intensivos.
Es por ello, plantea el especialista, que el régimen de Nicolás Maduro debe cesar en sus medidas erráticas con fines políticos, buscar consensos con la legítima Asamblea Nacional, Fedecámaras y grupos que permitan una vacunación universal, efectiva y equitativa, así como cumplir con su obligación de proteger al personal de la salud.
Política errada
Para el doctor Oletta, quien fuera ministro de la salud pública entre 1997 y 1999, la gestión sobre la pandemia de la COVID-19 por parte del régimen de Nicolás Maduro ha sido errática.
Tras referirse a diversos hechos, como la designación del expelotero y reguetonero Antonio “El Potro” Álvarez como jefe del hospital de emergencia montado en carpas en el estacionamiento del Poliedro, para atender a la población de Caracas; la detención de médicos y otros profesionales de la salud, que denunciaron casos de la COVID-19; centralización de las pruebas para determinar los casos positivos, el especialista en salud pública, dijo que todas las acciones que se tomaron en el año 2020 fueron dispuestas con carácter político.
Las medidas, en su gran mayoría, no tuvieron buena asesoría científica, ni técnica, aseguró..
Al decidir el confinamiento masivo de la población hay que recordar que el 13 de marzo del año pasado, cuando se reconoció la existencia de la enfermedad, los dos primeros casos eran importados.
No se había producido ningún caso en Venezuela y Maduro decidió paralizar el país en todas las áreas.
Se decretó la inmovilización del país y las suspensión de las actividades laborales, económicas, sociales, educativas; es decir, por razones que no tenían que ver con la salud pública. Evidentemente, una gran paradoja.
Pero, el primero de junio, cuando ya había 1.500 casos y se habían registrado dos semanas con transmisión en aumento de la enfermedad con casos fatales y activos, decidió la cuarentena flexible. Otra paradoja.
Eso se ha venido repitiendo y lo vimos en diciembre con motivo de las fiestas navideñas y de año nuevo, presentándose nuevamente con los carnavales.
Medidas de ese tipo, erráticas por completo, lo que han hecho es generar mayor incidencia de la enfermedad en la población. Y ahora estamos sufriendo las consecuencias de esas decisiones.
El empirismo y la falta de previsiones se han puesto de manifiesto al no considerar los indicadores de salud pública establecidos por la Organización Mundial de la Salud, actualizados el 4 de diciembre.
Las decisiones tomadas por el régimen no obedecen a la salud pública, sino a los intereses políticos que Maduro tiene.
Numero impreciso de camas
En cuanto a la capacidad de camas existentes en el país, nuestro entrevistado manifestó que no son suficientes para atender la magnitud de la demanda que, en este momento, hay en varias zonas de Venezuela, en algunas más acentuadas que en otras.
La situación más complicada es la región capital y los estados Miranda, La Guaira, Sucre, Anzoátegui y Zulia, donde la capacidad instalada para pacientes críticos y que tienen que ser hospitalizados es muy limitada.
El régimen no ha dado información de cuál es el número de camas, que aumentó desde marzo del 2020 a esta fecha y, en consecuencia, eso nos indica que en la práctica ya ha sido copado el número de camas en los departamentos de cuidados intensivos.
En este orden de ideas, precisó que el número de camas de cuidados intensivos en el Distrito Capital se multiplicó por 8, ya que para el 30 de noviembre había 21 hospitalizados y ayer la cifra alcanzó a 173.
Pero, no se sabe cuál es realmente la situación en ese nivel de atención, ya que no hay forma de conseguir los datos, los cuales, obviamente, son ocultados por el régimen.
Personal fallecido
El personal de la salud expuesto a la COVID-19 y por cuya causa han fallecido hasta ayer 408 personas, incluyendo médicos y otros profesionales, se debe a la falta de protección tanto en instituciones públicas como privadas, ya que el Estado no ha cumplido con su obligación de velar pór la seguridad de estos trabajadores..
El Estado, como patrón, tiene que proveerlos de los equipos indispensables, porque el personal de la salud está en la primera línea de atención de los pacientes, adicionó. Es una gran injusticia porque los primeros en ser protegidos son los que protegen la salud de los demás.
Enfermos en casa
Otro de los aspectos expuestos por el doctor Oletta fue el de la gente que ha enfermado de la COVID-19 y teme acudir a los hospitales públicos, prefiriendo hacerse el tratamiento privadamente en su respetivo domicilio.
Lo hacen porque esos institutos no cuentan con los equipos y los fármacos indispensables, por una parte; y, por la otra, por cuanto las personas son sometidas a situaciones de aislamiento, en condiciones muchas veces inhumanas, como es de que el encierro es muy estricto.
Cabe mencionar que muchas veces la persona no se preocupó por tomar en cuenta los síntomas y tardíamente recurrió a la asistencia médica.
Claro está, que el sistema de salud pública es muy deficiente y los pacientes temen empeorar. Y ahora mucho más por la cantidad que hay ya hospitalizados.
De verdad que es un problema serio, porque si bien es cierto que en los hospitales públicos, el tratamiento no tiene costo, entre comillas, es porque no hay los medicamentos y éstos tienen que ser adquiridos por los familiares del enfermo, si es que puede sufragarlo.
Las gotas del engaño
Acerca de la fabricación del producto denominado Carvativir, al cual Maduro lo ha calificado como las “gotas milagrosas”, utilizando el nombre del célebre médico José Gregorio Hernández, el doctor Oletta deploró esa actitud del funcionario.
Es una irresponsabilidad hacer la promoción de falsos medicamentos, haciéndolos aparecer como milagrosos, subrayó. Eso es charlatanería y, desde luego, una actitud despreciable. Se trata de una conducta inapropiada en dos maneras: por una parte, porque se está propiciando la automedicación y por la otra, se está engañando a la población. Es una fuente de riesgo para las personas que crean en unas falsas gotas, ya que podrían pensar que están protegidas cuando no hay previamente ninguna investigación, ningún estudio científico serio que avale resultados del producto.
Es una propaganda engañosa, que viola principios éticos y viola la Ley de Ejercicio de la Medicina, promoviendo y sustituyendo a los profesionales de la salud que pueden hacer las recomendaciones tras el examen al paciente.
Hay otro hecho sumamente grave como lo que está ocurriendo en el estado Carabobo, donde la gobernación está repartiendo combos de medicamentos en forma irracional y violando principios legales de la medicina, ya que lo hace sin prescripción médica.
Necesidad imperiosa
Considera el doctor Oletta que la necesidad de que la población venezolana sea inmunizada es la mayor preocupación para cada persona, porque el virus se ha hecho incontenible.
Se le reclama al régimen que agilice todos los procesos para garantizar una vacunación equitativa, universal y efectiva, para todas las personas que se encuentran en el país. Esa es una obligación del Estado.
No se le puede dar largas a una necesidad tan imperiosa y para tal fin deben hacerse todas las conciliaciones, todos los acuerdos, tanto con la Asamblea Nacional legítima como con Fedecámaras, con cualquier grupo que colabore o participe activamente, para que de ese modo se pueda lograr el objetivo de la total vacunación.
Mientras más tiempo pase, habrá mayor riesgo para la población, expuso. Mientras más tiempo pase, el incremento de enfermos colapsará el sistema de salud y mientras más tiempo pase, muchas más personas vulnerables fallecerán por la enfermedad, porque no tienen la protección mínima.
Ese punto tiene que ser resuelto lo más , pronto posible y no puede seguir habiendo esa conflictividad, generada por el propio régimen, el cual hasta ahora no ha tratado de buscar acuerdos ni aceptarlos, aunque haya habido ofrecimientos para que pueda haber un entendimiento, necesario, en este instante tan difícil y preocupante.
Mal preparados
¿Con cual palabra describiría, en este momento, la situación de Venezuela frente a la COVID-19?
-Venezuela es el país menos preparado en el continente americano para combatir la COVID-19 y uno de los más rezagados en el mundo: de 195 países ocupa el lugar 173 con menos capacidad de respuesta a esa enfermedad. Lamentablemente, estamos en una situación extremadamente crítica, delicada, desesperante, causante de mucha preocupación. Urge la vacunación.