Los hospitales en Francia contrataron personal adicional en el fin de semana de Semana Santa ante el aumento de enfermos de coronavirus, mientras gran cantidad de personas se aglomeraban en estaciones de trenes y abarrotaban las autopistas para huir de las ciudades antes de la implementación de nuevas restricciones.
Ante la propagación de las nuevas variantes del virus y con las unidades de cuidados intensivos tan llenas como lo estaban en abril del año pasado, el gobierno cerró todas las escuelas e impuso otras restricciones que regirán a partir del domingo.
Los hospitales en el norte de Francia, pronosticando la llegada de más pacientes el fin de semana, recibieron instrucciones de traer a más personal.
El doctor Christophe Boyer, director de la sala de emergencias del hospital Amiens-Picardie, expresó temor ante el aumento de pacientes pero también frustración porque, a un año de la crisis, nuevamente tiene que pedirle a su personal que trabaje extra en Semana Santa.
“Todo este año hemos hechos enormes esfuerzos, tratando de sobrevivir”, expresó el médico.
En París, la policía anunció el sábado el despliegue de 6.000 agentes adicionales para velar por el cumplimiento de las nuevas normas como la prohibición de viajar más de 10 kilómetros (6 millas) la prohibición de reuniones de más de seis personas al aire libre y el toque de queda a nivel nacional a partir de las 7 p.m.
En Marsella, sobre el Mediterráneo, la policía patrullaba las playas e imponía multas a quienes bebían alcohol en público o no estaban vistiendo las mascarillas.
Sin embargo, las autoridades prometieron tener tolerancia para que los padres puedan tener tiempo de encontrar a alguien que les cuide a sus hijos y para que la gente pueda hacer planes de mudarse al campo por un tiempo. En consecuencia, una gran cantidad de personas se aglomeraron en las estaciones de trenes y la empresa ferroviaria SNCF vaticinó que unas 600.000 personas viajarían durante el fin de semana.