Mientras el coronavirus sigue azotando a Brasil, el presidente Jair Bolsonaro nombró a su cuarto ministro de Salud desde que empezó la pandemia, y en esta ocasión eligió al director de la sociedad de cardiología del país, Marcelo Queiroga, quien anteriormente se ha pronunciado en favor del mandatario.
Queiroga reemplazará a Eduardo Pazuello, un general del ejército en activo con conocimientos de logística que llegó al cargo en mayo del año pasado a pesar de no tener experiencia en el sector salud.
Horas antes del anuncio, Pazuello reconoció en una conferencia de prensa que Bolsonaro pretendía sustituirlo. El primer candidato para ocupar el puesto, la cardióloga Ludhmila Hajjar, lo rechazó.
Pazuello fue el ministro de Salud que más tiempo estuvo en el cargo de los tres que lo han ocupado desde que empezó la pandemia. Esto pone de relieve los desafíos que enfrenta el gobierno de la nación más grande de Latinoamérica para implementar medidas efectivas para controlar la propagación del virus, o incluso para llegar a un acuerdo sobre qué medidas son necesarias.
Los dos predecesores de Pazuello dejaron el cargo en medio de desacuerdos con Bolsonaro, quien criticó las medidas de distanciamiento social y apoyó el uso de un medicamento antimalárico para tratar la enfermedad causada por el virus. El mandatario sigue teniendo esas posturas, a pesar de las reprimendas de los expertos en salud y de los estudios que muestran que tal medicamento no ayuda a tratar el COVID-19.
Pazuello demostró ser más complaciente. Inmediatamente después de asumir el cargo, su ministerio respaldó el uso y distribución del medicamento contra la malaria. En varias ocasiones, comentó que su jefe le decía qué hacer, y que él obedecía.
“La conversación (con Queiroga) fue excelente. Ya lo conocía desde hace unos años. Tiene todo lo que se necesita para hacer un buen trabajo, continuando con lo que Pazuello ha hecho hasta hoy”, manifestó Bolsonaro ante simpatizantes en la entrada del palacio presidencial de Brasilia. Añadió que habrá un periodo de transición de unas dos semanas entre el ministro saliente y el entrante.
“El trabajo de Pazuello estuvo bien hecho en la parte administrativa. Ahora estamos en una etapa que es más agresiva en la lucha contra el virus”, puntualizó el presidente.
Brasil ha registrado casi 280.000 muertes por COVID-19, y actualmente reporta más de 1.800 decesos cada día.