#OPINIÓN Gaveta azul: El error básico #15Mar

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El Estado, esa abstracción inventada por el hombre con el objeto específico de ordenar la convivencia social y regular las relaciones entre las personas, obtiene por construcción el primer lugar jerárquico de la sociedad que rige, otorgando por extensión-asimilación –no por derecho divino, por revolucionario o cosa parecida– ese mismo grado jerárquico al jefe, director, regente, Primer Ministro o como se le llame.

Cómo, o de qué forma, el ente conceptual e intangible creado, adquiere corporeidad y concreción suficiente para tener “presencia” en la sociedad que dirige, (administra), regula (legisla) mediante la creación y fijación de normas, procedimientos y límites de acción; y culmina lo asignado, sancionando las transgresiones e incumplimientos.

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El ciudadano cede voluntariamente una pequeña porción de su libertad, a un grupo organizado de personas con intereses comunes de carácter artístico, artesanal, profesional, políticos, etc., quienes asumen una representatividad reconocida, dado el cumplimiento de exigencias, condiciones y calificaciones documentadas y vigentes. Estos grupos se organizarán internamente como mejor convenga a un destino común pre-determinado y/o definido bajo acuerdo consensual, a título de consejos directivos, asambleas, congresos, parlamentos, legislaturas o cualquier otra forma de conjugar y nominar la regencia de una sociedad. Su primera misión será crear las normas de operación interna y ordenar por jerarquías las funciones a cumplir, incluido proponer, discutir y acordar el protocolo de exigencias, condiciones y calificaciones de ingreso y aceptación a la membresía regente.

Creado y en funciones el aparato del Estado, opera y trabaja. Atiende la diversidad de necesidades de la sociedad focalizando tareas mediante especialización de los asuntos: Auto protección de la institucionalidad, fijada en una carta fundamental, constitución o como sea la nominación dada por sus creadores. Protección de la territorialidad y Seguridad ciudadana, comercio, producción agrícola e industrial, relaciones exteriores, educación, etc., etc.

Dependerá del momento y circunstancias afrontadas en esos inicios de su creación y organización y de la voluntad, firmeza de propósitos y claridad conceptual de los fundadores, los grados de éxito en cimentar la corporeidad e institucionalización de la vida pública del nuevo estado en el concierto de las naciones pre-existentes.

En este punto y tiempo histórico de su vida, ofrecerá al grupo internacional en el que geográficamente esté inscrita su territorialidad, una presencia participativa de convivencia pacífica y la oferta cultural de sus ancestros como la producida desde el esfuerzo creativo de sus connacionales. La conducta que en el marco de una sincera intencionalidad se haga patente, abrirá las primeras puertas al intercambio relacional, de curso y rumbo condicionado por las necesidades mutuas y la presión interesada de los intereses geopolíticos gravitantes en la región. En particular será evidente el peso de los acuerdos consensuales que se logren con el liderazgo regional imperante; o los choques entre los mismos actores en un escenario de contraposiciones ideológicas.

Todos los estados actuales han pasado por diferentes momentos históricos, pero no los mismos períodos ni en el mismo orden. De tal manera no existe ni hubo uniformidad en las formas de creación del Estado inicial y tampoco la hay ni hubo en su evolución y desarrollo. Aquí nos referimos a esquemas generales y así de la descripción, formas y detalles expuestos, todo puede ser aplicable en unos pocos casos, lo elemental se aplicará en una gran generalidad, a otros en menor grado y faltaran definiciones aplicables a otros, pero de no conjugar textualmente ciertos detalles de importancia, se imponen analogías y similitudes.

Volvamos al inicio. Se ha creado el aparato estatal. Operan sus divisiones clásicas: Un director general (Regente, Consejo directivo, Primer Ministro, Presidente, o el título otorgado) administra–organiza y vigila– la función operativa a cumplir. (El Ejecutivo) Encarna una enorme porción de poder, producto de la sumatoria de pequeñas libertades cedidas por la ciudadanía. Trabaja el creador de las normas básicas, pautas y procedimientos diversos de la inter-relación ciudadana y/o con el Estado. (El legislador). Ocupa y realiza sus tareas punitivas el que sanciona las trasgresiones e incumplimientos. (La Judicatura).

Aquí aparece la primera oportunidad de riesgo. Creer que ese poder impersonal manejado por el Estado, está a la disposición personal de quienes ejercen la regencia, o peor aún, de la persona a la cabeza de esa regencia. Es el vicio más común en apoderarse del alienado ciudadano que debía administrar y regir el poder del Estado, y comienza a sufrir la alienación propia de quien maneja una riqueza que no ha producido, pero debe administrar con la obligación de probidad y su mejor esfuerzo y dedicación por obtener el mayor provecho para el Estado y la ciudadanía que representa.

La alienación que produce el poder tiene varias formas de manifestarse y de agravarse hasta llegar al despotismo y la tiranía, extremos a los que conduce la ambición desmedida de riquezas materiales, joyas, posesiones, lujos regios, satisfacción de las más aberrantes y costosos caprichos, sólidamente asentados en .la ignorancia de principios éticos, la grosera inmoralidad del arribista ,demagogo por convicción, cultor de la politiquería mentirosa aferrada a la verborrea vacía y la humareda gestual del insulto gratuito esgrimido con fervor de cruzado.

El Estado bajo la regencia gerencial de políticos ignorantes, carentes de la formación mínima para un proceder medianamente decoroso, se desarticula en medio de extravagantes planes ilusorios y la alocada pretensión de mantener a la sociedad que lo ha creado, estrafalaria promesa incumplible por una entidad parásita por construcción y definición plena como es el Estado, creación de vida virtual incapaz de la productividad de bienes, objeto a varios años luz de la finalidad para la que fue concebido y creado por la sociedad, una de cuyas finalidades prioritarias es mantener su mejor sanidad operativa, optimizar sus desempeños gerenciales con un seguimiento analítico de sus medios y procesos, a los que proveerá del equipamiento suficiente, actualización tecnológica adecuada y el coaching de formación y entrenamiento a cuadros medios y funcionariado menor que les mantenga competentes y motivados al servicio burocrático del mejor nivel.

El error básico de los gobiernos llamados revolucionarios consiste en el empeño de crear imposibles entre los que figura en primer plano, por la naturaleza esencial de su creación, producto de artificios, imponer al Estado la obligación de mantener a la sociedad. Al observar la cruda realidad que imposibilita tal disparate, dada la total improductividad de bienes e incluso de posesiones, no más allá de su institucionalidad y los bienes operativos y estructurales quela sociedad le creo para su funcionamiento efectivo.

Llegada la situación de conocer la imposibilidad de convertir al Estado parásito, por definición y necesidad, en un Estado productivo empresarial y gerencialmente conductor de actividades industriales de alta especialidad. Una reconversión comparable a sentencia de muerte. No tienen la menor oportunidad de éxito dada su especialización y complejidad, solo manejable por grupos profesionales cuya educación instrucción y preparación gerencial alcance el 4to y 5to nivel. Los revolucionarios persisten en el error y machacan la intención de imponer sus disparates. Reconvertir al Estado en propietario es prioridad. Se inicia el vergonzoso proceso de asaltar propiedades ajenas con expropiaciones que disfrazan a juro su ilegalidad con el huero discurso de la seguridad , las imposiciones imperialistas y la explotación de la derecha nacional con mente y corazón única para sus privilegios, robados al pueblo …bla, bla, bla, acompañado de aparatosa gestualidad.

Para concluir me permitiré un comentario en torno a la cita realizada del término burocrático, para esclarecer una errónea como antigua interpretación de sus significados. La burocracia, el servicio burocrático, es creación romana. Expertos organizadores y creadores de muchos procesos de atención y prestación de servicios públicos aún vigentes, quisieron brindar el mismo nivel de atención y calidad del servicio, sin privilegiar rangos o jerarquías autoritarias, ceremoniales, de caridad o cualquier otro género.

Era una manera de intentar hacer vigente el principio fundador de la democracia, enunciado por Pericles en Atenas. En paráfrasis resumida dice: “Los ciudadanos, sin importar su condición, rangos o fortuna personal, son todos iguales ante la ley”.

He ahí el fundamento de la concepción de burocracia. El peso del tiempo, equívocos, ambigüedades y otras carencias propias de la actuación humana, erosionaron el concepto, pervirtieron su significado y al fin quedó desvirtuado, perdió su lustre original y ahora decir burocracia es afirmar lo contrario de su valoración inicial pero es la forma como la cultivan la mayoría de los gobiernos que se autoproclaman revolucionarios.

Pedro J. Lozada

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