«Mi manada de El Roble» es así como la señora Mariela Carrasco describe a todos los perritos de El Roble, vía al manzano.
De lunes a lunes desde las 9:00 de la mañana haciendo aproximadamente 10 paradas, Mariela comienza su recorrido desde la entrada del mencionado sector donde emprende noble labor.
«Soy la persona que se encarga de alimentar a casi cincuenta perritos del sector El Roble, abandonados por sus dueños», expresó Carrasco.
La voluntaria comentó que actualmente ve que hay mucho maltrato y personas que son indiferentes con los animales, no los atienden y los abandonan, situación que le motiva a ayudar a estas indefensas criaturas.
Con una sonrisa en su rostro Mariela atiende y alimenta a todos estos perros, hecho que refleja la conexión de amor que puede haber entre el ser humano y los animales.
«Nunca he dejado de atenderlos, a veces los consigo enfermos o heridos. Los monto en el carro, los atiendo y depués los regreso a su sitio con la esperanza de que alguien los adopte y me ayude» resaltó.
El sonido de la corneta del carro de Mariela es el gesto de caridad más grande para con los perros, ver la reacción de ellos al sentir y escuchar este sonido es el sentimiento más puro para ella y para todo aquel que tiene la oportunidad de ver este servicio de amor.