La delicada situación en el Hospital Pastor Oropeza, dependiente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) es cada vez más crítica dada la ausencia de agua en el centro de salud, sin mencionar los insumos básicos para la atención de pacientes, los bajos salarios que perciben sus trabajadores y el colapso de la estructura física. Tras enumerar estas razones, el personal sanitario advierte que el Seguro Pastor Oropeza está al borde de un cierre técnico.
Este miércoles fue el día 10 de protesta continua que han venido protagonizando enfermeras, médicos y camilleros del citado centro de salud situado al oeste de Barquisimeto, en la avenida La Salle. Pero más allá del reclamo ya expuesto, los pacientes que aguardan a las afueras del hospital esperando a un familiar enfermo o herido, contaron a Elimpulso.com las precarias condiciones en que a diario se abren las puertas de este hospital.
“Aquí no sabemos donde quedan las áreas del hospital porque ni siquiera están señalizadas. Los médicos andan como si no estuviese pasando una pandemia porque no tienen la debida protección. Además, los familiares de pacientes tenemos que comprar todos los insumos porque aquí no hay nada; y todo está muy caro, no lo podemos costear”, expresó Francis Arrieta, sentada en la raíz de un árbol, a las afueras de la emergencia, lugar que se ha convertido en una sala de espera improvisada y sin ningún tipo de comodidad.
Oneidys Arrieta considera que es necesaria y justa la protesta que vienen realizando los trabajadores de la salud de este centro, por cuanto es la única herramienta que ha quedado en el país para hacerse sentir.
Unidad de diálisis en emergencia
En cuanto a la unidad de diálisis que funciona en este centro de salud, Yenira Colmenárez, paciente renal, expresó que solo están recibiendo dos horas de diálisis, cuando deben recibir cuatro. Además, no hay agua suficiente ni apta para realizar este tratamiento, por lo que experimentan efectos secundarios tras la diálisis. Indicó también que solo quedan tres enfermeras porque las demás han renunciado debido a los bajos sueldos. Exige al Ministerio de Salud que intervenga para mejorar este hospital.
Piedad, fue lo que pidió Ninoska Castillo, trabajadora del Pastor Oropeza, a las autoridades sanitarias del país, en cuanto a los sueldos del personal de salud, pues asegura que no puede costear el tratamiento que requiere su madre para tratar una bronquitis, el cual tiene un costo de 30 dólares.
Otra de las enfermeras que protestó este miércoles, Wilmar Ocanto, recordó que ganan 2 millones de bolívares, con lo que no pueden mantenerse ellas ni a sus familiares. Esa situación las ha llevado a la economía informal para obtener un ingreso extra. Ocanto jamás pensó, durante sus años de estudiante, que enfrentaría una crisis económica e institucional tan severa en Venezuela.