Barquisimetanos aseguraron a Elimpulso.com, que ante los altos precios de los alimentos deben buscar la forma de tener varias entradas de dinero para poder sobrevivir a la hiperinflación.
«Hemos tenido que ingeniárnosla como subsistir, tener varios ingresos. Si uno es comerciante hay que hacer otra actividad para poder alimentar a nuestros hijos porque la situación está bastante difícil», expresó Altair Soto.
«Lo único bueno de esta crisis es que nos ha incentivado a trabajar un poco más, porque nosotros estábamos acostumbrados a tener más descanso, ahora no, ahora hay que esforzarse más», declaró por su parte el señor Gustavo Parra.
Los consultados manifestaron que se han visto obligados a disminuir el consumo de proteínas y en otros casos hasta eliminar algunas de las comidas del día, tal es el caso del señor Parra.
«Ahora uno trata de levantarse un poco más tarde para economizar un poco porque siempre el estomago le pide a uno que se alimente. A mis 77 años he visto muchas crisis pero esta ha sido la más fuerte», puntualizó.
Remesas: la «salvación» de algunas familias
Juan Diego Espinoza es un barquisimetano que aunque en la actualidad se encuentra desempleado, sobrevive con las remesas que sus hijos le envían desde Colombia y también con la ayuda económica que le brinda su hija en Venezuela. En bicicleta se moviliza para realizar sus compras y tratar de rendir el dinero.
«Recorro varios establecimientos buscando lo más económico. Compro un poco de carne, pollo y algo de queso. Solo harinas uno no puede comer porque entonces como nos alimentamos», concluyó.
El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS), aseguró recientemente que se requieren 381.37 salarios mínimos (Bs. 1.200.000,00) para poder adquirir la canasta alimentaria, referida a una familia de cinco miembros, sin embargo el salario mínimo es de a penas 0,66 dólares mensuales.
Lea también: #InfografíaIMP Así pagan estos alimentos en Lara, Falcón y Caracas