Un ayudante del fiscal general del régimen Tarek William Saab, confirmó a la agencia Argus Media que otros altos cargos de Pdvsa Gas Comunal están involucrados en una trama de corrupción que incluye la venta en dólares de gas licuado de petróleo (GLP), un servicio que escasea en todo el país.
El pasado 4 de febrero, Saab hizo pública la solicitud de detención de Jacob Grey, hasta ese entonces presidente de Pdvsa Gas Comunal, así como los gerentes de varias plantas de llenado en el centro del país, bajo la acusación de haber creado un esquema para la venta de unos 10.000 cilindros en dólares.
Grey fue nombrado para el puesto en septiembre de 2020 después de un ascenso meteórico en el movimiento juvenil dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Desde entonces se han solicitado nuevas detenciones, como la de Catherine Sté, directora de articulación institucional y política de la presidencia de Pdvsa Gas Comunal, a quien Fiscalía involucra en una operación para desviar el gas licuado de petróleo, destinado a la distribución entre los sectores más vulnerables del estado Mérida, a empresas privadas que lo comercializaban a altos precios y en divisas.
“Grey estaba robando dos tercios de la deficiente producción de propano de la planta criogénica justo debajo de las narices de los departamentos de seguridad interna de Pdvsa y Pdvsa Gas», le dijo a Argus un ayudante del fiscal general Saab. «Basándonos en lo que hemos aprendido hasta la fecha, creemos que participan figuras más de alto nivel en Pdvsa”.
Venezuela fue autosuficiente en GLP hasta 2010, cuando se vio obligada a comenzar a importar el producto principalmente desde Estados Unidos hasta que las sanciones bloquearon el acceso a proveedores estadounidenses en 2019. Aunque el GLP no está específicamente establecido en las sanciones, el incumplimiento del mercado y las dificultades financieras de Pdvsa Gas han frustrado el suministro externo.
Los daños y la falta de mantenimiento en las principales plantas de procesamiento de gas licuado también han impactado en la distribución de gas a los hogares. Una familia venezolana usa en promedio al menos dos cilindros al mes para cocinar. A precios oficiales, cada bombona cuesta sólo $0.02.