En el país crece la oferta de servicio de satélites para televisión por cable. Ocurre cuando se intensifica la crisis del sector de las telecomunicaciones al borde del colapso desde la convencional telefonía fija de CANTV y la móvil. Una situación que mantiene en la exasperación a los usuarios pues Venezuela es el segundo país del mundo con el internet más lento por falta de potencia. En ese terreno estamos por debajo de Bolivia que exhibe un sistema comunicación de primera.
Precisemos que la tecnología satelital es la más cara del mundo visto su comprobada eficacia y seguridad en comparación con otras siendo limitado su acceso. Quien disponga de su servicio tiene oro en sus manos. Su uso es muy variado desde el comunicacional, educativo, científico, económico, militar y otros.
Su historia data de 1965 cuando EEUU puso en el espacio el famoso Pájaro Madrugador. Irrumpen en el marco de la Guerra Fría que luego de la Segunda Guerra Mundial enfrentó a EEUU y la Ex´-Unión Soviética primero por la supremacía de la carrera espacial y luego las telecomunicaciones mundiales. Su rotundo éxito fue el punto de partida de la moderna industria de los satélites con la conformación de la multinacional INTELSAT (International Telecomunications Satélite Organization) propiedad de 24 países.
Esta avanzada tecnología tiene su lado tenebroso. De los servicios que ofrece el más controvertido y criticado es el militar con fines de espionaje en la lucha geopolítica entre las grandes potencias por el control del mundo. Su monopolio lo ostentan los países industrializados o desarrollados que los utilizan para la defensa de sus intereses en el terreno económico, político, militar y cultural. Así en medio de la crisis sanitaria del coronavirus, Rusia hizo una donación de vacunas a la Argentina. Ello a cambio de la instalación de una base satelital en su territorio. Es el regreso de la Guerra Fría.
La casi totalidad de los satélites de comunicaciones se encuentran en órbita sobre la línea del Ecuador a una distancia de 36.000 kilómetros de altura. Es lo que se conoce como la órbita geoestacionaria. Eso significa que, el satélite se encuentra fijo en el espacio siguiendo la rotación de la tierra.
Sobre la tierra ecuatorial cuelga un rosario de satélites los cuales suministran información sobre transacciones financieras y económicas, datos científicos e investigación agrícola, Pero también los destinados a labores militares y de espionaje. Estos operan en una de las bandas más altas de la onda corta, es decir, 1 gigahercio, el indicado para cubrir mayor distancia.
Los satélites aportan un sonido superior al conocido por las diversas modalidades de la radio: onda larga, media y corta). Su sonido es más nítido y estable lo que no ocurre con la onda corta sujeta a constante inestabilidad en su propagación. Ahora son posibles programas de arte, entre estos los de música.
Los mismos funcionan por enlace con la técnica analógica como lo hacía la BBC con sus estaciones repetidoras o directa vía emisor, satélite y receptor sin intermediarios. La Voz de los Estados Unidos de América (VOA) y la BBC son los pioneros de los satélites de radiodifusión en el mundo en la primera mitad de la década de 1980.
Son ideales para cubrir grandes extensiones territoriales como sucede en Colombia donde la cadena CARACOL tiene enlazadas con el satélite sus más de 70 estaciones filiales. En África han sido usados en labores agrícolas y educativas. En Venezuela por primera vez la emplea Radio Caracas televisión para transmitir en julio de 1969 la llegada del hombre a la Luna.
El impacto de los satélites suscita en el filósofo mexicano Leopoldo Zea la oportuna reflexión. El pensador no es nada optimista sobre los mismos cuando expresa: “Los satélites, lejos de aclarar el horizonte lo han venido complicando.
Los hombres no piensan en función de las posibilidades terrestres. La alegría que el lanzamiento del primer satélite provocó, ha sido enturbiado por proféticos desastres respecto a lo que tales satélites implican.”
Por supuesto, que de acuerdo con su uso esta tecnología puede ser positiva o negativa. Son pocos los que tienen acceso a la misma por su alto costo.
Freddy Torrealba Z.