Estamos en presencia de una crisis global, no solamente en el mundo, sino también Venezuela, de manera que no es con pequeñas cosas que se resolverán los problemas, porque a la vista está que el sistema económico y político que tenemos no nos esta conduciendo en absoluto a ese bienestar y hay que cambiar y hay que ir a cosas más allá.
El pronunciamiento lo hizo el Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida y Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, quien señaló que hay que poner las cosas sobre la mesa “ya de diagnósticos estamos hasta la coronilla”.
Preciso que el papel de la Iglesia, siempre ha sido el de facilitador y el de tener la posibilidad de decirle las cosas, a los unos y a los otros, porque no están buscando absolutamente nada, ninguna cuota, “sino pensando en el sufrimiento y acompañando en ese sufrimiento a nuestra gente”.
Urgencia de acuerdos
Precisó que la primera condición para llegar a un acuerdo cuando hay diferencias, es que haya sinceridad y participación real de unos y otros, no se trata de la imposición de ningún sector, porque eso nunca nos conduce a nada y, no se puede mezclar una cosa con la otra, querer establecer condiciones, por ejemplo, para que haya la vacuna, que eso tiene que ser queriendo de un lado o del otro; que la configuración que se esta haciendo con el Comité Postulaciones, es una sola parte la que decide quien es el que representa a los suyos y a los que no son suyos, “indudablemente que este camino, no es el camino correcto, supone siempre negociar que es lo que se desea de un lado y de otro, si se piensa en la gente o lo que se piensa es ver como se atornillan los unos y los otros”, señala el Cardenal Porras.
Asegura que tiene que haber, y los representantes de la Iglesia son los primeros en señalar, que esa necesidad de la ayuda humanitaria que pasa en estos momentos por la salud y por buscar una solución al problema de la vacuna, y que no puede ser y parece un tanto irresponsable las cosas que se dicen, ya que nada más hablar del número de vacunas, 100 mil vacunas son para 50.000 personas, quienes son los privilegiados, quienes los que van a quedar fuera, cuando hay que pensar en algo global, que sea para toda la población, no solo para un pequeño grupo , que será seleccionado conforme a las apetencias de quien maneje eso, y por eso tiene que ser de una configuración realmente natural, no se trata de recibir una migajas.
Ratifica que hoy más que nunca tiene vigencia la carta y las recomendaciones del Cardenal Parolin, son absolutamente esenciales, y si eso no se da seguiremos siempre, primero creando mayor desconfianza en la gente, admitiendo que la iglesia viene realizando una serie de pequeñas obras para favorecer a los sectores más vulnerables, entre ellos los jóvenes que tienen casi un año sin asistir a clases, señalando que esto se está haciendo en condiciones verdaderamente adversas, porque no hay seguridad absueltamente de nada, hay grupos que son los que actúan de una u otra forma, quitando la propiedad privada de obras como la Escuela Agronómica de Barinas, para que sirve y esta hecha para quien, para los ricos o los poderosos, o para formar a nuestros muchachos para el campo, la han invadido y nadie responde, destruyendo una obra que era la mejor en esa área en el país, esto no puede dar ninguna seguridad y tranquilidad, porque se quiere invitar a unos y a otros, pero con leyes existentes, como la Antibloqueo y demás, que en cualquier momento se pueden llevar adelante.
Dijo que el papel de la Iglesia, siempre ha sido el de facilitador y el tener la posibilidad de decirle las cosas, a los unos y a los otros, porque no están buscando absolutamente nada, ninguna cuota, sino pensando en el sufrimiento y acompañando en ese sufrimiento de la gente.
“Ya basta de diagnósticos”
“Aquí, si n o hay una sinceridad real de poner las cosas sobre la mesa, no nos reunimos a veces a ver de qué vamos a hablar , ya de diagnósticos estamos hasta la coronilla, pero si no se parte de admitir que estamos en una crisis y que esa crisis no se soluciona con paños calientes, esto no es una cuestión de cosmética, a ver si me pinto mejor la cara para que no se note que estoy enfermo, cuando el mal lo llevo por dentro, aquí tenemos un mal sistémico que es el que hay que atacar, pero no puede ser simplemente con esos paños calientes, y creo que el papel de nosotros como Iglesia, es ese, para que sea la sensatez la que nos haga ver que esto que se esta planteando o se esta proponiendo favorece a quien, donde está el beneficio que sea social y que llegue hasta las gente más necesitada o no”.
Señaló que de acuerdo con la información que recibe de las distintas parroquias y organizaciones de la Iglesia, hay zonas del país que no se sabe a quien pertenecen, si son de Venezuela o son de tal o cual grupo, admitiendo que esto ya está permeando hasta dentro del país y de las grandes ciudades.
“Todo lo que ha pasado recientemente en la Cota 905, en La Vega , el acoso que vimos en la zona de Petare y en las zonas populares, indudablemente no solo es que son preocupantes, sino que requieren respuestas efectivas, para que no se siga muriendo nuestra gente, ya sea por una bala, por represión, o porque me voy para donde sea, rompiendo los afectos, que también los necesitamos, y perdiendo cada día más el talento humano tan valioso que tenemos; creo que tenemos que aplaudir la medida adoptada por el Gobierno colombiano, situación que no estamos planteando en la Iglesia a través del SELA en los distintos episcopados, por la situación no solo precaria, casi diríamos de acoso a los miles de venezolanos que están en los países de Sudamérica, y todo ello forma parte de un paquete global, que si no se arregla la situación de los migrantes venezolanos en estos países con quitar las sanciones, dirigidas a algo muy particular y que esos bienes que ya no nos causan escándalo, saber que desaparecieron 1.000 millones por aquí y por allá, en las arcas de quien , favoreciendo a quien, eso es lo triste y a lo que hay que ponerle coto y remedio”, dijo el Cardenal Baltasar Porras en el circuito Éxito.