El papa Francisco reanudó el domingo la tradición de saludar a los fieles en la Plaza de San Pedro, siete semanas después de interrumpir la costumbre para desalentar la formación de multitudes durante la pandemia del coronavirus.
Con una amplia sonrisa, el pontífice apareció en el balcón del Palacio Apostólico y saludó a unas 200 personas que se hallaban distanciadas abajo. La mayoría portaba paraguas debido a una lluvia pertinaz.
“¡De nuevo en la plaza!” exclamó el papa, en el primer domingo desde que Roma regresó al nivel más bajo de restricciones sanitarias.
Normalmente hay miles de peregrinos, turistas y vecinos que se aglomeran en la plaza cada domingo para escuchar al papa. Pero Italia ha prohibido los viajes entre provincias y ha aplicado duras restricciones a la llegada de gente del exterior, al turismo a los peregrinajes.