La ilegitima Asamblea Nacional electa en unos comicios no reconocidos por la gran mayoría de países democráticos del mundo, decidió establecer vínculos con auténticos representantes de la sociedad civil venezolana.
En tal sentido su directiva acudió a las instalaciones de Fedecámaras para sostener conversaciones con nuestra elite empresarial. De lo transcendido en dicha reunión no hubo compromisos formales, simplemente fue un encuentro de mutuo reconocimiento en el cual el régimen asumió que esta histórica Federación, y no las paralelas que ellos crearon, es la genuina representante de los empresarios. Por su parte la directiva de Fedecámaras admite lo obvio, el régimen tiene las armas, maneja el presupuesto, administra el sistema judicial y por tanto para vivir y trabajar dentro del país es forzoso reconocer esta realidad.
No obstante, los empresarios dejaron muy claro su apego a la Constitución al manifestar que siguen luchando en defensa de la propiedad privada, las libertades económicas, el que los trabajadores tengan un salario digno que les permita vivir y, en general, que haya respeto por los derechos esenciales garantizados en nuestra Carta Magna. Esto es lo importante que debemos rescatar de esta reunión para no caer en confrontaciones que conviertan a la resistencia ciudadana que se ejerce desde la defensa de las leyes, en una colcha de retazos descocida.
Condicionados por esta misma realidad, imposible de soslayar para nadie, los Rectores de importantes Universidades del país se reunieron con la Directiva de la Asamblea Nacional no reconocida por el mundo democrático.
Por supuesto que este tipo de encuentros genera una tormenta visceral porque la imagen de cinco millones de compatriotas en fuga, los asesinatos de jóvenes en manifestaciones, las torturas a presos políticos, el hambre y la enfermedad que se ha entronizado en los hogares venezolanos por culpa del comunismo, nos vienen a la mente como un recordatorio del tipo de personas que están propiciando estos encuentros.
Seria mezquino por parte de quienes hemos izado las banderas de la unidad que pensemos que tanto dirigentes empresariales como universitarios, y otros líderes sociales que puedan participar en estas reuniones con la asamblea Nacional, son ajenos a este dolor y que acuden a estas citas en condición de traidores, cuando lo honesto es considerar que no han renunciado a sus valores democráticos y solamente acuerdan con la tiranía condiciones mínimas para la supervivencia.
Mas allá de cualquier crítica o comentario que se produzca por estos encuentros, es oportuno dejar claro que el régimen está ahogado económicamente, disminuido totalmente en apoyo popular, aislado internacionalmente y dividido internamente. Por estas razones ha decidido jugar a la decencia, a los entendimientos sectoriales con la sociedad civil. Frente a este panorama jamás debemos olvidar lo dicho por Luis Ugalde respecto de que el rescate del país es posible solamente con un cambio político. No obstante, para llegar a este objetivo falta recorrer mucho trecho y dentro de las estrategias el buscar entendimientos para la subsistencia de factores claves, no puede ser satanizado. Total, si el régimen quiere jugar a la decencia se adentra en nuestro terreno. El de ellos es el de la violencia y la ilegalidad, el nuestro el de la paz y respeto a la Constitución y las leyes.
En este sentido observemos con cautela estos acercamientos, de los cuales en principio desconfiamos, pero si el siempre usurpador gobierno opta por que el régimen socioeconómico de la República deba fundamentarse en el principio de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, productividad y solidaridad a fin de procurar el desarrollo humano integral y que conjuntamente con la iniciativa privada, a través del desarrollo armónico de la economía nacional logre generar fuentes de trabajo y elevar el nivel de vida de la población, garantizando la seguridad jurídica, como lo ordena el artículo 299 de la Constitución, podremos sentirnos satisfechos de los esfuerzos de Fedecámaras para sacar a Venezuela y a su población de la postración económica en la cual se encuentran.
Por otra parte con el recelo propio de conversar con un régimen que está proponiendo convertir al país en una nación comunitaria, pero que sin embargo podría reconocer la autonomía universitaria y que las Universidades se den sus normas de gobierno, funcionamiento y administración de su patrimonio, permitiendo realizar las elecciones de sus autoridades sin la intervención del espurio Consejo Nacional Electoral, como lo dispone el artículo 109 constitucional, diríamos que los Rectores de las Universidades no perdieron su tiempo en la segura desagradable intermediación con quienes hasta ahora han desconocido este mandato legal.
No faltarán voces agoreras que nos tilden de entreguistas, aún cuando hemos dado muestras de nuestra frontal oposición ante la dictadura inclusive en este mismo artículo, sin embargo lo que observamos es la calma mortal en la cual estamos producto de la inexistencia de opciones duras frente al régimen. Esto nos hace plantear la reconstrucción de una plataforma unitaria en donde estemos todos y lo primero es no satanizar a quienes acuerdan términos para su supervivencia a fin de tenerlos cerca y que acepten los límites que impone respetar los principios constitucionales y se queden de nuestro lado. Al contrario, siempre deseamos que estén lejos los bellacos que negocian su dignidad y los principios constitucionales en los altares de sus vergonzosos intereses.
Si el régimen comunista quiere entrar al terreno de la decencia, asumamos que es bueno porque es nuestro ámbito natural…juguemos pues…
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez