Este 4 de febrero se están cumpliendo 29 años de la asonada militar contra el gobierno constitucional de la República, la cual constituyó la mayor tragedia política y militar para Venezuela, porque seis años después se instaló el régimen de Hugo Chávez, que se ha prolongado hasta hoy en día.
Al hacer la afirmación, el General de División Fernando Ochoa Antich, quien para entonces era el ministro de la Defensa, agrega que todos los avances que se habían logrado en cuarenta años de gobiernos civiles, en forma progresiva, desaparecieron.
El país ha retrocedido, severa y gravemente, en las instituciones del Estado, así como en su economía, educación, salud y en niveles de vida al punto de que ya hay fuera del territorio nacional casi 6 millones de personas que se fueron en busca de trabajo porque aquí no se les garantizaba nada, dijo.
Lo más lamentable, comentó, es que se produjo una fuga de buenos profesionales que habían sido preparados por las universidades, surgidas después de 1959, y que han sido acogidos en todas partes a donde han ido.
-¿Cuál fue la mayor consecuencia de esa intentona?
-En el aspecto militar, aunque ese movimiento golpista fracasó, dividió a las fuerzas armadas, que hasta entonces había mantenido una actitud institucionalista. Y, políticamente, tuvo un impacto muy fuerte, ya que entre 1992 y 1998 hubo tiempo suficiente para que se produjeran rectificaciones importantes, que permitieran dar respuestas acertadas a la población descontenta.
Conviene señalar que, si por una parte, los dirigentes políticos vivían un monstruoso canibalismo, que los hacía ver como irresponsables, frustrantes y sin credibilidad; por la otra, los medios de comunicación atizaban el fuego para su descalificación. Esos medios tuvieron un poder demoledor que favorecería, al final, a Chávez.
No olvidemos que Chávez, al ser indultado por Rafael Caldera y ser convencido de participar en una contienda electoral era la vía para llegar al poder, tenía apenas el 7 por ciento de popularidad entre los candidatos presidenciales. Lo favorecieron las disputas de los políticos, las improvisaciones y desaciertos en las estrategias electorales, los medios y el descontento popular que existía en ese momento, expresó.
-General, ese 4 de febrero hubo una importante participación de militares, según se ha podido saber: 5 tenientes coroneles, 14 mayores, 54 capitanes 67 subtenientes, 65 suboficiales y un gran número de sargentos y más de 2 mil soldados. Eran fuerzas de Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y Distrito Federal.
¿No eran muchos?
-No sólo fueron derrotados los conspiradores del 4 de febrero sino también los del 27 de noviembre del mismo año, en acciones muy rápidas y contundentes.. Porque las Fuerzas Armadas tenían una actitud institucionalista, apegadas a la Constitución y a la democracia. Por eso fue el fracaso de Chávez y de los que con él estuvieron.
-¿Es cierto que fue Douglas Bravo, quien murió hace cuatro días, fue el inspirador de ese movimiento por haber penetrado en los militares de entonces?
-Douglas Bravo, una vez que constituye su frente guerrillero en la Sierra de Coro, influye y penetra en las universidades y liceos. Por supuesto, muchos de los jóvenes que desde entonces ingresaron a la Academia Militar compartían las ideas del guerrillero falconiano. Y desde que se lanza a la lucha política, Chávez no ocultó su tendencia hacia la izquierda porque siempre estuvo conspirando. Indudablemente, lo del 4 de febrero del 92 produjo una desestabilización, pero, insisto, en que hubo tiempo para que desde ese año hasta el 98 se produjeran rectificaciones. Fue un paso gigantesco el que se dio para que alcaldes y gobernadores fueran escogidos en elecciones y precisamente uno de esos dirigentes, Henrique Salas Romer, salió a competir por la presidencia de la República, porque ya se había iniciado el liderazgo de las regiones.
-Se ha hablando mucho sobre la actitud de Rafael Caldera, no sólo al haber indultado a Chávez, sino en su discurso del propio 4 de febrero en el Congreso Nacional.
-Ya comentaba lo que sucedía para la fecha cuando los políticos vivían devorándose para imponerse unos sobre otros. Y me he referido someramente a algunos aspectos que prevalecían en aquellos días que se prolongaron hasta 1998.
-¿Chávez engañó a la población cuando desarrolló su gobierno diciendo que era Socialismo del siglo 21, del cual dijo Fidel Castro que era el mismo comunismo?
-Chávez no engañó a nadie. Siempre se identificó como un político de izquierda, desde el mismo momento en que se lanzó a candidato presidencial. Y, por supuesto, si se alzó el 4 de febrero no estaba pensando en democracia.
-Si aún quedan militares institucionalistas, ¿cuál sería su mensaje para ellos?
-Siempre he dicho que los golpes de fuerza son inaceptables y terminan con regímenes autoritarios. Que debe prevalecer la conducta que tienda a la paz, al respeto de los ciudadanos y al cumplimiento del deber. La experiencia nos demuestra que los regímenes autoritaristas no sirven.