Los cristianos miembros de las iglesias protestantes son muy dados a criticar la adoración de imágenes, personajes, deidades que aparecen en la sociedad y en el pensamiento del hombre. Quienes seguimos las enseñanzas de Dios a través de su Palabra escrita, obviamente no participamos de ese tipo de adoración porque Dios lo prohíbe. De hecho hay textos bíblicos muy puntuales que nos enseñan. El Mandamiento es claro. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios” Ex.20:4,5. Es una seria recomendación que Dios hace, la cual deberíamos tener en cuenta.
Sin embargo, para que sepan aquellos que se creen más “santos y obedientes” que su prójimo, recuerden otro mandamiento que es el centro del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lo llaman La Regla de Oro de la Santa BIBLIA, que dice “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos” “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos!. Luc.6;31,35.
Quizás sea fácil para algunos cristianos criticar y censurar a sus semejantes, utilizando estos textos con irrespeto, pero Dios no aprueba esta actitud. Y lo corrobora en las SAGRADAS ESCRITURAS, como ya lo vimos. Pero ellos, seguro, practican otras formas de idolatría quizás más perniciosas, por cuanto no la ven en sí mismos. El diccionario RAE coloca este concepto en paralelo con el de la Vanidad. “Viene del latín vanĭtas, es la cualidad de vano (vacío, hueco o falto de realidad, sustancia o solidez). Sigue diciendo. “Se trata de una especie de auto-idolatría: el vanidoso rechaza a Dios ya que se tiene a sí mismo. La vanidad, de hecho, es uno de los pecados que engendra otros pecados” ¿Cómo les parece? Y esta forma de idolatría es terrible. Son más propensos a perderse que los otros porque no pueden ver sus carencias.
La idolatría que tanto critica el cristiano “perfecto” se manifiesta en su autosuficiencia. Creerse “un sabio”, sin darse cuenta que su actividad humana, en cuanto a su conducta visible o secreta está siendo registrada en los libros del cielo y dará cuenta por ello a su debido tiempo. Su orgullo, prepotencia y vanidad al compararse con otro y sentirse superior es aborrecible a los ojos de Dios. Hasta serán líderes de sus congregaciones, pero subestiman, ignoran y hasta humillan a su prójimo.
Si bien es cierto DIOS es muy claro en sus enseñanzas y recomendaciones, no somos jueces para juzgar a otros. Esa es una facultad que solo le pertenece al Altísimo. Y en tiempos de Jesús había personajes que se abrogaron ese derecho. Entonces, el Señor les reprendió duramente. “!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda
inmundicia”Mat.23:27. La Escritora cristiana norteamericana Helen White concluye. «Los seres humanos siempre están ansiosos de alabarse a sí mismos o de que otros los alaben. Debido al orgullo, característica profunda del corazón humano, se aconseja tener cuidado al dar o recibir «lisonjas o alabanzas» Libro. Palabras de Vida del Gran Maestro. Pág. 126. ¿Cómo les parece?
Hasta la semana próxima Dios mediante por la WEB
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William Amaro Gutiérrez