A Caribes de Anzoátegui le funcionó combinar un gran pitcheo y el bateo de Luis Sardiñas para vencer a Cardenales de Lara en el primer juego de la final. ¿Por qué no hacerlo otra vez para el segundo encuentro? La fórmula se volvió a repetir, y ahora tuvo más tintes de heroísmo.
Por segunda noche consecutiva los brazos indígenas estuvieron inmaculados. Pocas veces se metieron en problemas y cuando lo hicieron lograron salir de ellos. Y por segunda noche sucesiva Luis Sardiñas fue el gran jugador ofensivo del compromiso. Si bien no remolcó ninguna anotación en el primer choque, a pesar de haberse ido de 4-4, esta vez hizo un daño mortal solo con un imparable. Lo logró parado a la mano derecha, su inclinación menos favorable.
“No me siento muy cómodo, pero en esas situaciones te preparas mejor”, contó el campocorto al ser entrevistado por el canal IVC. “Cuando estoy en esas situaciones trato de no hacer mucho. Solo me enfoco en pegarle a la bola”.
No era un escenario sencillo. Sardiñas llegó al plato en el undécimo inning, con el juego igualado a cero carreras y dos outs en la pizarra. Alí Castillo estaba en la segunda base. En cuenta de 1-1, el campocorto conectó la bola en hit al jardín izquierdo. A pesar del tiro del jardinero Jecksson Flores, y la jugada en el plato, Castillo logró engomarse. Fue así como Caribes logró la victoria 1-0 en el segundo juego de la Serie Final, celebrado en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.
“Esta victoria es grande por lo que pasó a la ofensiva y defensiva”, continuó Sardiñas. “Como dije ayer (viernes), la parte defensiva es muy importante y lo demostramos. Creo que temprano en el juego me lanzaron alrededor del plato muchos pitcheos quebrados. Eso te da tiempo para pensar, y buscar el pitcheo que de verdad quieras. Cuando te lo tiren no debes fallarlo. He tenido la oportunidad de ganar muchos de esos turnos”.
La jugada en el plato fue retada por Cardenales. Pero no había nada que hacer para la causa local. Los umpires ratificaron el quieto de Alí Castillo, sentenciado por Emil Jiménez, y Caribes salió a la parte baja del undécimo inning para asegurar la victoria.
Eso no fue sencillo. Si se hubieran hecho electrocardiogramas en el dugout indígena, es muy posible que consiguieran figuras bastante extrañas y preocupantes. La parte baja del undécimo pasaje fue un reto para las emociones. El cerrador Lester Oliveros no pudo con la situación. Dio tres bases por bolas, y fue retirado del encuentro con un out en la pizarra.
Y Caribes aplicó otra vez la repetición de fórmula: al igual que en el primer juego, el experimentado relevista Jean Toledo tuvo que venir a lanzar con tres corredores en base. Logró resolver la situación, aunque estuvo en conteo desfavorable contra Osman Marval.
El inicialista crepuscular dio un rolling a las manos de Toledo, que lanzó al plato para conseguir un out. El receptor Tomás Telis hizo un certero disparo a la inicial para doblar a Marval y darle la victoria a Anzoátegui. La celebración en el terreno de juego fue efusiva, y no solo por el triunfo en extrainning, también porque Caribes logró vencer en los dos juegos como visitante, y ahora regresa a la localidad del José Pérez Colmenares de Maracay con la serie favorable 2-0.
“Creo que el enfoque ha sido la clave para este equipo”, opinó Sardiñas. “Eso ha sido lo más importante: jugar en equipo y estar todos concentrados”.
Aunque Sardiñas creó la diferencia, todo el encuentro resultó un cerradísimo duelo de pitcheo. Ninguno de los ocho pitchers que usó el Mike Álvarez, manager de Caribes, aceptó carreras. De hecho, solo dos toleraron hits: Andrés Machado, iniciador, uno; y el relevista Jake Sánchez, dos. El único que sufrió por el bando de Lara fue Ricardo Gómez, y él fue el perdedor del juego. El ganador resultó Jaison Vilera. Toledo se apuntó su primer salvado en Series Finales y bajó su efectividad a 0.84 (1 CL, 10.2 IP) en su carrera en esa instancia.