La policía rusa arrestó este sábado a cientos de manifestantes que salieron a las calles para pedir la liberación del principal líder opositor del país, Alexei Navalny.
Navalny, que es el crítico más destacado y duradero del presidente, Vladimir Putin, fue detenido el 17 de enero al regresar a Moscú desde Alemania, donde pasó 5 meses recuperándose de un envenenamiento grave con un agente neurotóxico del que culpa al Kremlin.
Según las autoridades rusas, su estancia en Alemania violó los términos de la sentencia suspendida en un caso penal que Navalny califica de ilegítimo. Está previsto que comparezca ante un tribunal a principios de febrero para determinar si cumplirá la pena de tres años y medio de cárcel.
Más de 350 personas fueron arrestadas este sábado durante las protestas en el extremo oriental y en Siberia, según el grupo de monitoreo de detenciones OVD-Info. Para la tarde hay previstas movilizaciones en la capital, Moscú, en San Petersburgo y en otras ciudades de la parte europea del país.
Miles de personas participaron en una protesta en Yekaterinburgo, la cuarta ciudad de Rusia, y también hubo marchas Vladivostok, una ciudad portuaria en el Pacífico; en la isla de Yuzhno-Sakhalinsk y en Novosibirsk, entre otros lugares.
13 personas habrían sido arrestadas en un acto en Yakutsk, una ciudad del este de la región de Siberia donde los termómetros alcanzaron -50 grados Celsius.
En Moscú, miles de personas se congregaban en la céntrica Plaza Pushkin antes del inicio de la protesta. Por el sistema de megafonía de la policía se pedía a los asistentes que respetasen la distancia de seguridad por la pandemia y se recordaba que el acto era ilegal.
Agentes antimotines agarraban esporádicamente a algún asistente y lo metían en autobuses de la policía.
La policía de Moscú detuvo el jueves a tres destacados socios de Navalny y dos de ellos fueron encarcelados más tarde por nueve y 10 días.