«La vida no siempre te da lo que pides, pero si te da lo que necesitas«
(Robin S. Sharma)
Quedarse estancado hasta que las cosas mejoren solas, es actitud que se va convirtiendo en una forma de vida que todo lo posterga, para tomar la decisión de hacerlo algún día que nunca ha de llegar…
El mundo esta atravesando por un momento crítico, grandes calamidades, hecatombes políticas, violencia, temor y epidemias que nos someten al encierro.
El COVID-19 nos obliga a permanecer presos en la casa, aunque hay que salir a la lucha diaria de sobrevivir, el dinero no alcanza debido a la pésima e inútil política gubernamental, a la visible falta de control y al abuso diario que emplean en contra del consumidor los abastos, polleras, carnicerías, frigoríficos, farmacias, bombas de gasolina, etc., cuyos altísimos precios nos llevan a bajar todavía mas la triste calidad de vida que empeora nuestra condición humana.
A pesar de los pesares no podemos dejar de trabajar ni dejar de buscar una vida mejor.
Nada mejora por si solo.
En este momento la cuestión no solo es protegernos de la pandemia, hay que seguir en la lucha por mantenernos fuertes y dispuestos.
Hay muchos ingredientes en la actitud de los que no se rinden siendo el principal ingrediente su honradez, asumir la responsabilidad de sus actos para lograr todo lo que anhela, en un momento tan rudo y difícil, lo que bien se siembra, bueno se cosecha (ley de causa y efecto).
Cada uno librara su batalla de manera diferente. En esta pirámide el que más lucha está arriba, el que menos lucha en el medio y el que se estanca se queda abajo, pierde.
Todo lo que vamos viendo y captando corrobora la importancia de preguntarse: ¿qué hago yo para no caer? ¿qué puedo hacer? ¿para qué o en qué soy bueno?
Adaptarse (no quedarse sentado) es la clave del éxito de los que no descansan en su empeño por tener una vida digna; saludable, física y mental.
Vivimos sometidos a presiones de todo tipo, nos estresamos, nos deprimimos, no encontramos aliciente ni siquiera una mano amiga, menos aun cuando estamos en desventaja económica. La vida se hace pesada, se busca salir del circulo asfixiante como un escape que a veces resulta ser peor.
Este es un momento difícil en el mundo y peor será para los mas vulnerables, sin embargo la lucha de superar la crisis es tarea de cada uno.
Muchas veces hemos visto como la adversidad y los fracasos han logrado crear en los mas golpeados una inmunidad ante las respuestas adversas al estrés.
Quienes han salido adelante a pesar de los obstáculos y las presiones no han esperado que un milagro o el azar los salve.
«Salen adelante a pesar de los tropiezos porque creen en ellos mismos y en sus capacidades, por tal razón no habrá nada que este fuera de sus posibilidades. Toda la gama de la capacidad y experiencia humana les pertenece. Son ellos los que deciden aventurarse y triunfar en territorios desconocidos y difíciles»
(W. Dyer)/Lectura de la revista Selecciones.
Charles Chaplin es un paradigma de vida. Siendo el niño del arroyo londinense, con el tiempo la misma fe en si mismo le abrió senderos maravillosos.
Hijo de un alcohólico y de una loca estuvo de orfanato en orfanato de niños abandonados, golpeados, humillados y maltratados.
Este hombre de profundas y trágicas adversidades fue quien se gano el aprecio de las multitudes a las que hizo reír a carcajadas con sus personajes graciosos. Desde los cinco años empezó a actuar. Con el tiempo mostro su talento y deseo de hacerse con sus manos un digno camino. A los 28 años Chaplin era uno de los mejores actores del cine y de los mas ricos.
Tuvo la capacidad de luchar contra la opresión resistiéndose a las adversidades hasta vencerlas.
Desde muy pequeño entendió que la vida pasa como un sueño sin dejar rastro. Esto lo llevo a reforzar la fe que tenia en si mismo, en su causa y la indeclinable voluntad de vencer.
El biógrafo Denis Gifford dice: «Al trabajar Chaplin creaba algo mas que películas, creaba la vida que el soñaba, una vida llena de risas, de amor, de sueños y esperanzas, de pobreza y crueldad, pero siempre con un desenlace feliz, aunque solo fuera ponerse en marcha por el camino del mañana»
De la lucha y de la actitud que tomemos, surge la fuerza para vencer.
No hay tiranía, opresión ni pandemia que dure cien años ni mundo que lo resista.
Amanda Niño de Victoria
