Gracias al ingenio y esfuerzo humano se han logrado crear diferentes vacunas para combatir al COVID-19. Son varios los países que ya han iniciado el proceso de vacunación masiva, a la espera que, con el pasar de los meses, otras naciones inicien programas similares. Las opciones de vacunas son diversas, con un alto índice de éxito. Así, se espera que a lo largo del año gran parte de los Estados del mundo hayan al menos iniciado el sistema de vacunación en sus ciudadanos.
Sin embargo, la situación en Venezuela luce distinta del resto del globo. El COVID-19 no pudo aparecer en un peor momento para el país. Atravesamos una crisis humanitaria compleja que ha sumergido en la pobreza al 96% de la población. Durante estos 10 largos meses, los venezolanos han visto aparecer aún más dificultades a sus vidas como consecuencia de la pandemia. Millones han tenido que exponer su salud, poniendo sus vidas en riesgo, para poder sobrevivir entre tanta precariedad. Con salarios de hambre y servicios públicos que no funcionan, el ciudadano de pie enfrenta un estado de necesidad colosal. Por tal motivo, las acciones en pro de Venezuela deben tomar en consideración tanto la crisis causada por el régimen, como la pandemia.
En este sentido, resulta importante aclarar que la razón de ser de la política es mejorar la calidad de vida de todas las personas que componen a la sociedad. Por tanto, se vale del entendimiento del contrario y la discusión de ideas para conseguir acuerdos que puedan lograr el objetivo deseado. Es necesario alcanzar acuerdos que permitan dar fin a la crisis que padecen los venezolanos. Esto incluye también acuerdos que faciliten el inicio de un programa de vacunación contra el COVID-19, que sea justo, libre de cualquier tipo de discriminación política o ideológica. Además, es vital que exista más de una opción de vacuna, de acuerdo a la preferencia del ciudadano. El mismo requiere de la cooperación internacional, como el apoyo que pueden brindar organizaciones como la ONU y la OMS.
Los venezolanos no podemos seguir esperando mientras el resto del mundo arranca sus planes de vacunación. Poner un alto a la pandemia es también una tarea urgente que tenemos que asumir quienes en verdad nos preocupamos por el bienestar de la población venezolana. Es tiempo de actuar para concretar acuerdos que sean de beneficio para el pueblo. Continuar aguardando no es una opción.
En nuestra lucha han surgido innumerables adversidades que han dificultado nuestro objetivo. No obstante, debemos seguir comprometidos con nuestra meta. Queda camino por recorrer, pero unidos y organizados podremos enfrentar cualquier desafío. Al entender que la política existe para lograr acuerdos que ayuden a los venezolanos estamos un paso más cerca del objetivo. Pronto daremos fin a la pandemia y a la crisis humanitaria. ¡Vamos a continuar trabajando por el país!
Stalin González