El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha alertado de que la nueva cepa del coronavirus puede estar causando una mayor mortalidad en esta fase de la pandemia.
«Parece que hay algunas pruebas de que la nueva variante… puede estar asociada con un mayor nivel de mortalidad», adelantó el dirigente conservador en una conferencia de prensa.
El número de decesos por COVID-19 está alcanzando máximos estas últimas semanas, superiores a los registrados en olas anteriores de la pandemia.
La cifra oficial de fallecidos que habían dado positivo en una prueba realizada hasta 28 días previos se eleva a 95.981 desde marzo de 2020, incluidos 1.401 confirmados este 22 de enero.
El asesor jefe científico, Patrick Vallance, indicó que se ha observado un incremento en la mortalidad de la nueva cepa ‘británica’ en datos referentes al conjunto de diagnósticos positivos del virus.
«Cuando se analiza los datos en términos de los que han dado positivo, se evidencia un mayor riesgo en los que tienen la nueva cepa en relación con el virus anterior», dijo el científico, advirtiendo de la “la evidencia no es fuerte todavía”.
Vallance ilustró la situación con un ejemplo práctico aplicado a varones en la franja de los 60 años: el promedio de riesgo de muerte es de 10 por cada 1000 infectados con el coronavirus original.
Esta proporción sube a 13 o 14 cuando se trata de contagios con la nueva variante.
El asesor científico gubernamental resaltó que los datos son todavía “inciertos” y describió la evidencia como “una serie de segmentos de información” que sugiere mayor gravedad de la cepa para la salud.