El presidente de Argentina Alberto Fernández recibió este jueves la primera dosis de la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus, luego de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) recomendara su aplicación a los mayores de 60 años.
Fernández, de 61 años, fue inmunizado en su brazo izquierdo por una enfermera del Hospital Posadas de Buenos Aires.
Tras recibir la vacuna, el mandatario difundió un mensaje en su cuenta de Twitter en el que agradeció al Centro Gamaleya de Rusia que elaboró el inmunizante “por su labor científica, a quienes trabajaron para que llegue a nosotros y a todo el personal de salud de nuestro país por su enorme compromiso”.
El mandatario señaló que “vacunarse sirve para ser inmunes frente al coronavirus» e instó a hacerlo.
Fernández deberá aplicarse luego de 21 días la segunda dosis.
Un comunicado oficial señaló, por su parte, que Fernández “reafirmó la seguridad y eficacia de la vacuna” con la que Argentina comenzó a inmunizar a su población el 29 de diciembre y “reiteró que su prioridad es que llegue a la mayoría de los argentinos en el menor tiempo posible”.
El presidente también “destacó el trabajo realizado” para lograr que la ANMAT recomendara al Ministerio de Salud la aplicación de la Sputnik V en mayores de 60 años, luego de recibir informes de Rusia que señalan que tiene un margen aceptable de seguridad y eficacia para ese grupo etario.
Según ANMAT, la vacuna de origen ruso reportó un rango de eficacia del 91,8% para mayores de 60 años.
Dicho organismo señaló que la recomendación la hizo “luego de analizada la nueva información aportada para la vacuna” por Rusia. “Se estableció, por medio del informe de ampliación, que la misma se encuentra en un margen aceptable la seguridad, inmunogenicidad y eficacia para el grupo etario”, sostuvo.
Argentina fue el primer país de la región que registró la vacuna rusa y el primero aplicarla el 29 de diciembre. En tanto, a fines de ese mes Bolivia concretó la compra de 5,2 millones de dosis que llegarán a fines de marzo y Venezuela suscribió un contrato con Rusia para su adquisición.
La llegada de las primeras dosis de la Sputnik V a Buenos Aires el 24 de diciembre se produjo en medio de las críticas de opositores sobre la falta de información completa, las “apuradas” gestiones gubernamentales para su obtención y el hecho de que en ese entonces Rusia no hubiera aprobado su uso para mayores de 60. El Ejecutivo argentino defendió las tratativas con ese país y sostuvo por qué la vacuna es segura.
Finalmente, el Ministerio de Salud de Rusia aprobó el 26 de diciembre la aplicación del inmunizante entre personas de esa edad.
Personal argentino de la salud comenzó a recibir el martes la segunda dosis en el marco del plan de vacunación contra el coronavirus que, según el gobierno, tiene aseguradas más de 51 millones por parte del Centro Gamaleya de Rusia, el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford y Covax (el fondo de Naciones Unidas).
En esta primera etapa está prevista la inmunización del personal médico, los miembros de las fuerzas de seguridad, los afectados con enfermedades prexistentes, los mayores de 60 años y los docentes.
Argentina está en tratativas con Sinopharm y Sinovac -de China-, así como con Janssen, Pfizer y Moderna -de Estados Unidos- para asegurarse la provisión de vacunas.