Las muertes por coronavirus se acercan a 400.000 en cerca de dos terceras partes del territorio estadounidense, en medio de advertencias de que una nueva variante altamente contagiosa está arraigándose.
Mientras los estadounidenses festejaban un feriado nacional el lunes, el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo exhortó a las autoridades federales a impedir la entrada de personas provenientes de países donde las nuevas variantes se están propagando.
“Impidan que esas personas vengan para acá…. ¿Por qué están permitiendo que esas personas vuelen a este país y luego sea demasiado tarde?”, dijo Cuomo en referencia a las nuevas versiones del virus detectadas en Gran Bretaña, Sudáfrica y Brasil.
El gobierno estadounidense ha suspendido los viajes de algunos de los lugares donde han surgido las nuevas variantes —como Gran Bretaña y Brasil— y anunció recientemente que pediría que todo aquel que viaje a Estados Unidos deberá presentar una prueba negativa de COVID-19.
Sin embargo, la nueva variante detectada en territorio británico ya se encuentra en Estados Unidos, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) han advertido que probablemente se convertirá en la nueva versión dominante del virus en el país para marzo. Los CDC han señalado que la variante es aproximadamente 50% más contagiosa que la versión original
Si bien la variante no agrava la enfermedad, se le ha atribuido un aumento en las hospitalizaciones y decesos debido a que se propaga con mayor facilidad.
Como están las cosas, muchos estados se encuentran bajo presión. El promedio de decesos diarios para un periodo de siete días va en aumento en 30 estados y el Distrito de Columbia, y el lunes Estados Unidos se acercaba a las 398.000 muertes totales por COVID-19, de acuerdo al conteo de la Universidad Johns Hopkins —por mucho el registro de fallecimientos más alto en el mundo.