La oposición democrática venezolana inicia este 2021 con una serie de conquistas importantes, pero con una gran tristeza. Consolidamos ante el mundo un perfil libertario y de estricto apego a la legalidad republicana, no obstante, el pueblo se encuentra sumido en un letargo anímico que tiene como bandera a la desesperanza. Esto ocurre porque no hemos logrado con nuestros éxitos políticos mejorar en nada, la condición paupérrima dentro del cual subsiste la mayoría de la población.
Hoy todo el planeta tiene claro que estamos bajo el gobierno de un régimen dictatorial que viola a sus anchas la Constitución y el conjunto de leyes del país ello y en consenso las democracias más importantes han rechazado las elecciones del seis de diciembre pasado y reconocida como válida la consulta popular que permitió que la Asamblea Nacional elegida en el 2015 se mantenga como instancia parlamentaria legítima, pues ante la ausencia de una Asamblea Nacional elegida, ya que el proceso eleccionario que designó a la que pretende tomar sus funciones, estuvo viciado de una serie de ilegalidades: fue convocado por un órgano írrito, como lo es el Consejo Nacional Electoral, al ser conformado, en contra de la ley, por el Tribunal Supremo de Justicia y no por la Asamblea Nacional, como lo ordena la Constitución; los partidos políticos de oposición fueron inhabilitados sin razón legal alguna; los dirigentes políticos fueron perseguidos y encarcelados y así un sin fin de irregularidades por las cuales en cualquier país democrático hubieran declaradas nulas dichas elecciones, razón, como se precisó antes, los Estados democráticos del mundo no reconocen su autoridad.
No obstante, la crisis terrible que abate al venezolano se ha convertido en un ataúd de piedra maciza que cargamos a nuestras espaldas en un calvario interminable. Por ello en el ambiente se observa un decaimiento que muchos analistas interpretan como una rendición masiva ante lo inevitable de la permanencia de la dictadura por años. Pues no hay duda del talante arbitrario del actual régimen político del país, que lo caracteriza por un rumbo caprichoso e irregular de los intereses tiránicos que anteponen, ante que la ruta prefijada y regular del mandato legal. No hay duda que a la oposición la respalda la legitimidad de sus pretensiones en contra de la soberbia actitud del gobierno sustentado por un régimen de hecho mantenido por la fuerza armada, pero estar sentado sobre bayonetas es sumamente incómodo, por lo que debemos seguir en la lucha para defenestrarlo.
Lo cierto es que la Democracia no ha muerto en el corazón de la gente y solamente está a la espera de un camino claro para transitarlo con la valentía y el vigor que siempre hemos demostrado como nación hija de la libertad.
Para esta nueva etapa el sector independiente a la cabeza del Frente Amplio Venezuela Libre, ha decidido tomar la iniciativa de la lucha y tocar la corneta de avanzar, para demostrar que la sociedad no está rendida y podemos como un todo, izar la bandera victoriosa de la lucha democrática. Para esta iniciativa contamos con el respaldo corajudo y solidario de la dirigencia y militancia de todos los partidos políticos que hacen vida en nuestro Frente.
Por decisión de esta vanguardia ciudadana para las diferentes áreas estratégicas y operativas se está realizando una serie de consultas para anunciar públicamente el equipo completo que desde el Frente reiniciará la ruta por el rescate de la Democracia.
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez