Oraciones, promesas, milagros, plegarias, lágrimas, cánticos, unión, caridad, amor, esperanza y fe. Estas palabras definen la manifestación de fe que se expresa cada 14 de enero, con la Divina Pastora.
En el año 1.736 la imagen de la Divina Pastora llegó, aparentemente por equivocación al pueblo de Santa Rosa, pero al intentar regresarla a su destino inicial, su peso aumentó y fue imposible moverla. Desde ese momento, los habitantes del pueblo de Santa Rosa comprendieron que no fue un tema de equivocación o casualidad, sino un designio de la bendición de Dios para con ellos.
La luz de la Divina Pastora no se quedó solo en Santa Rosa. En el año 1.855, cuando el país era azotado por la epidemia del cólera, se llevó a cabo la primera procesión de la Virgen hacia la ciudad de Barquisimeto. El cólera cesó y la semilla de la devoción quedó sembrada para siempre en esta tierra bendita.
«¡Un milagro!», así fue concebido este hecho por los feligreses quienes cada 14 de enero se acercan al pueblo de Santa Rosa para acompañar la sagrada imagen hacia la Catedral de Barquisimeto.
Será en este 2021 cuando, por primera vez, no habrá procesión debido a la pandemia de la COVID- 19. Sin embargo, el pueblo de Dios confía en que la peregrinación virtual será el punto de encuentro para juntos elevar oraciones en honor a nuestra Madre.
Aunque por el momento no habrá la tradicional procesión, los feligreses aseguran que es el momento de demostrar la verdadera fe y acompañarla desde el corazón.
¿De qué forma? A través de la oración y la devoción que se mantienen intacta por encima de las adversidades.
ElImpulso.com salió a las calles para recoger el fervor de los hijos que extrañarán a su Madre. Es un amor que no puede describirse con palabras y que se expresa en cada lágrima derramada, en el cántico y el aplauso.
Hoy más que nunca, ¡Que viva la Divina Pastora!