La raíz de la fe está plantada en los corazones de los devotos. Desde allí florecen las distintas formas de expresión que conectan a los seres humanos con sus creencias religiosas.
En tiempos de pandemia por la COVID-19, este principio de fe volvió a hacerse más fuerte y a tomar el mismo nivel de importancia que siempre debió poseer.
Precisamente por el coronavirus, este año se pospuso la procesión 165 de la Divina Pastora hacia la ciudad de Barquisimeto, ya que la Iglesia Católica considera que no es oportuno realizar actividades multitudinarias que pongan en riesgo la salud de toda la población.
Sin embargo, aunque no se realizará la procesión de la Pastora de Almas, los devotos de la Madre de Jesús, reconocen y recuerdan que la verdadera fe las llevan en sus corazones, y es desde la intimidad, que cada persona hace más fuerte su conexión con Dios.
Este es el caso de la señora Carmen García, barquisimetana devota a la Divina Pastora, quien contó a Elimpulso.com que «independientemente de que es una época atípica, la fe, si se tiene muy estable, no decae«.
Explicó que es una combinación de sentimientos que no se pueda acompañar a la Virgen en la procesión, pero resaltó que «ella nos cuida, junto a Jesús sus hijos, porque no quiere que nosotros caigamos en la enfermedad» del coronavirus.
«No la vamos a ver de forma física, pero uno lleva en el corazón a nuestra Madre espiritual», expresó García, lo que deja en evidencia cómo lleva su fe.
«En este momento, yo le estaba pidiendo a ella la salud de todos los médicos del mundo entero, se lo pedía ahorita de corazón. También pedía por la paz, hay muchos conflictos, diferencias y ofensas (…) también la salud, que es lo más importante, porque sin salud no tenemos nada«, agregó la señora García.