Creemos que en libertad, democracia y con iniciativa, cada ciudadano emplea sus capacidades, resiliencia, creatividad y empatía del mejor modo para construir una mejor vivencia individual en una sociedad más feliz, así manifiesta el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice-Libertad), en su propuesta para enfrentar la crisis de la manera menos traumatica, por lo que colocan el acento en el caso venezolano.
Admiten que no hay capacidad fiscal para confrontar esta pandemia. Ante unas finanzas públicas maltrechas, la solución debe provenir no solo de las empresas, sino de organizaciones intermedias, generadas de modo espontáneo por la sociedad civil, ajenas a intereses partidistas, que son la clave para lograr la subsidiariedad.
Reconocen que el año 2020 tuvo la pandemia de la COVID-19 como eje y todo indica que durante 2021 seguiremos teniendo no solo sus secuelas, sino problemas adicionales a los que ya ha generado.
El desafío inmediato es preguntarse qué estamos haciendo en la gestión global de servicios de la salud, cómo es su dinámica económica, qué es viable aportar desde el sector privado para mejorar su calidad y cómo reforzar el capítulo preventivo. De lo contrario, tendremos más bien un “tiranovirus”, término que hemos acuñado para referirnos al secuestro global de libertad que se añade a la confiscación de la salud, expresaron.
Exponen que hay mucho sufrimiento en Venezuela. Al pesaroso cuadro de padecimiento global por la pandemia se añaden una serie de problemas estrictamente nuestros:
- Escasez de lo indispensable: servicios públicos, alimentos, medicinas, personal de salud, combustible, transporte…
- Diáspora y separación. Tenemos estimaciones de 5 millones de emigrados durante esta década, de los cuales casi 1,8 millones están en Colombia.
- Deterioro en la economía y reducción a su cuarta parte desde 2014 debido a la caída de la producción en un entorno hiperinflacionario.
¿Como enfrentar estos escenarios?
A juicio de esta organización, la pregunta decisiva es ¿cómo evitar este enorme costo con nuestras propias herramientas? Cada vez más, Venezuela precisa soluciones desde dentro. Si algo nos han demostrado los últimos dos años es que no habrá otra nación o ente multinacional que nos rescate, señalan.
«Tenemos que hacer viable la participación del sector privado venezolano como protagonista de la solución.
Recordemos que en 2021 se cumplen 200 años de la Batalla de Carabobo. El lema de la Academia Militar de Venezuela, “Hay que volver a Carabobo”, nos coloca en la perspectiva de la generación que entre 1810 y 1821 confrontó la guerra de Independencia más sangrienta de la América Latina. Esta población sufrida se convirtió en la exportadora de Independencia hacia Colombia, Ecuador y Perú».
Dos siglos después tenemos emigrantes venezolanos haciendo el mismo trayecto a pie y llevando consigo el anhelo de progresar, el aprendizaje de los rigores y una fortaleza tanto espiritual como anímica para sobrevivir con su esfuerzo. Ahora exportamos, de algún modo, libertad individual, creatividad y estoicismo.
Venezuela existe en cada individuo que sigue creyendo en sí mismo y sus capacidades para potenciarlas en un entorno libre, democrático y cooperativo. Venezuela sólo será viable con un sector privado robusto.
¿Cuál es el camino?
El gran cambio durante 2020 ha sido reconocerlo. No hay capacidad fiscal para confrontar esta pandemia. Ante unas finanzas públicas maltrechas, la solución debe provenir no solo de las empresas, sino de organizaciones intermedias, generadas de modo espontáneo por la sociedad civil, ajenas a intereses partidistas, que son la clave para lograr la subsidiariedad.
Hay muchas cercanas a la ciudadanía: iglesias, fundaciones privadas filantrópicas, asociaciones civiles de padres y representantes, vecinos, estudiantes, egresados de instituciones académicas, investigadores o deportistas; grupos académicos. Y, desde luego, los grupos que han logrado fortalecerse con la tecnología y las redes sociales, que han resultado la herramienta indispensable ante el confinamiento impuesto por la pandemia.
Cada ciudadano, haciendo un paneo de 360 grados, reconocerá su afiliación o cercanía a alguna de estas entidades. Son algo natural dentro de la vida social.
Proponen iniciativas de formación
Desde Cedice Libertad proponemos iniciativas para dotar a los ciudadanos, organizaciones civiles y responsables de políticas públicas, con información e ideas para sus decisiones.
Destacamos algunas e invitamos a visitar todo nuestro menú de tecnologías libres ciudadanas.
1) El Observatorio de Gasto Público
Consolida estadísticas sobre la economía venezolana. También documenta las mejores prácticas globales y el estado del arte en temas de política fiscal.
Este centro ha estimado la contracción del PIB venezolano en 33,5% durante el tercer trimestre de este año, dentro del cuadro de la pandemia. Ahora bien, la inercia histórica de decrecimiento, con la data consistentemente compilada, nos indica que nuestra economía vale hoy 30% de lo que era en 2014.
Nuestro Inflaciómetro de Caracas se ha convertido en un referente por su metodología para medir adecuadamente la evolución de precios. Un hallazgo es que la inflación anualizada de 2020 a noviembre, que medimos en 3.715%, es considerablemente menor al 20.022% anual con que cerró 2019. Desde luego, la inflación en la mayor parte del orbe está por debajo del 3% y esta corrección nos revela que incluso ante el estancamiento económico de la pandemia, los precios venezolanos se niegan a converger hacia los niveles mundialmente aceptables.
En su pronóstico para 2021, The Economist coloca a Venezuela decreciendo otro 1,7%, con un PIB per cápita de 2.110 dólares e inflación de 640%. El déficit fiscal es pronosticado en 16,7%.
2) Observatorio de Derechos de Propiedad
Promovemos que todos los ciudadanos y en particular los más pobres así como la pequeña y mediana empresa cuente con la defensa y el respeto de sus activos. Para los más débiles es indispensable contar con la capacidad de transformar en flujo de caja los bienes productivos que han logrado acumular con sacrificio- y es precisamente a ellos a quienes es más fácil arrebatárselos.
Los boletines que generamos insisten en que la debilitada plataforma de capital venezolana ha de ser cuidada y protegida por el marco legal o las políticas públicas.
3) Petróleo Ciudadano
Se trata de un programa que invita a relanzar la industria energética venezolana. Nuestra riqueza en hidrocarburos está detenida, sin acceso a capital foráneo. Extraer ese petróleo pasa también por hacer efectiva su propiedad ciudadana. Si al menos reconociéramos a cada compatriota su participación en ese inventario energético y la hiciésemos negociable, lograríamos dinamizar ese rico subsuelo que tiene encima tanto empobrecimiento. No menos importante es la nueva dirección que sige la industria petrolera global hacia iniciativas para reducir la huella de carbono en el planeta. Podemos desarrollar un mercado para negociar los bonos de carbono al que tendrían derecho las actividades que restan gases invernadero al planeta. Nos referimos al sector forestal, a maquinarias que ahorran consumo energético o iniciativas de energías renovables. Es viable avanzar hacia un crecimiento económico sostenible que se armonice con una industria petrolera que se reactiva, especialmente si logra atraer recursos desde el renaciente mercado de capitales o la flexibilización para canalizar recursos desde la Banca Venezolana.
4) Librería Libre Iniciativa
Para nosotros no todo es cifras y nos interesa mucho consolidar el conocimiento del ideario liberal. Destacamos ese término, “ideario”, en vez de “ideología”. Divulgamos ideas sobre Libertad y Políticas Públicas que han sido probadas exitosamente como motores de crecimiento y democracia, precisamente porque confían en la gente, en su capacidad para interactuar voluntariamente y añadir su individualidad creadora al éxito social. Invitamos a visitar la Librería, también presente en las redes sociales LinkedIn, Instagram o Facebook.
Nuestro mensaje es entusiasta: Venezuela tiene en cada ciudadano la potencia creadora para un 2021 que marque la divisoria de aguas y nos acerque a dónde merecemos estar, como personas y sociedad. Nuestro Carabobo ahora es ganar la batalla de la prosperidad y la libertad.