El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, prorrogó hasta el próximo 31 de marzo dos decretos que suspenden la entrada en el país de muchos solicitantes de residencia permanente y otros trabajadores temporales, pese a la oposición de numerosas empresas de la nación.
Las medidas que renovó Trump caducaban este jueves 31 de diciembre y el mandatario las emitió en abril y en junio, con el argumento de que la destrucción de empleos provocada por la crisis de la COVID-19 ameritaba nuevas restricciones migratorias.
“Los efectos de la covid-19 en el mercado laboral de los Estados Unidos y en la salud de las comunidades estadounidenses son asuntos que siguen siendo preocupantes”, escribió Trump en una proclamación presidencial en la que ordenó prorrogar ambos vetos hasta el 31 de marzo.
El primero de los vetos, emitido en abril, suspendía la emisión en el extranjero de permisos de residencia permanente, conocidos como “green cards” o “tarjetas verdes”.
El segundo veto, emitido en junio, iba más allá y congelaba la emisión de nuevos visados de los tipos H-1B, diseñados para ciertos trabajadores cualificados, como los empleados en la industria tecnológica; el H-4, que son para las parejas de estos empleados; así como visados L-1, que están destinados a directivos que trabajan para grandes corporaciones.