La enseñanza básica de estos acontecimientos ocurridos después del nacimiento de Jesús, se fundamentan en una profecía cumplida. Nos cuenta el evangelio de San Mateo que unos Magos llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en el oriente, y recordaban la profecía del Antiguo Testamento que decía: «Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones» (Números 24: 17) y por eso se habían venido de sus lejanas tierras a adorar al recién nacido. Sin ser religiosos, sino más bien sabios de las cortes reales del Oriente creyeron en lo que decía la Sagrada Escritura.
Para que sepan mis apreciados lectores, todavía hoy, la ciencia de la Astronomía no logra explicar la aparición de esa estrella y la razón por la cual luego desapareció. Claro, la realidad es que no era una estrella común y corriente, eran centenares de miles de ángeles, que unidos marcaban el camino a los personajes que iban a adorar al recién nacido Rey, como estaba escrito. Por ello no crean a quien dice que apareció el 21 de este Diciembre.
Sucede entonces, que la nación escogida por Dios (Israel), para que le representara ante la humanidad, como un pueblo santo que mostrara ante el mundo la verdadera adoración al verdadero Dios, falló. Estaban ciegos, ebrios de su propio ego. Por el contrario, representantes de culturas lejanas, seguían de cerca la profecía y pudieron llegar hasta el recién nacido Rey y corroborar el cumplimiento de la misma. La nueva estrella los guió, la vieron y los trajo directo al Salvador, por cuanto confiaron en la palabra escrita y obedecieron. Pero, el pueblo elegido obvió una promesa. Se escondieron en su autosuficiencia y orgullo. Hoy, se repite la historia con la dirigencia eclesiástica popular.
La situación para la dirigencia religiosa de este pueblo fue tan triste, que no pudieron aceptar que hasta el mismo tirano Herodes, avasallado por el miedo, cuando oyó de la boca de los visitantes que el Rey de los Judíos había nacido se desesperó y actualizó la profecía. “Al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocó a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: «‘Tú, Belén de Judá, de ningún modo eres la menor entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel»‘. Miqueas 5:2. ¿Cómo les parece?
El cobarde mentiroso entonces “Llamó en secreto a los magos, e indagó de ellos el tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Después los mandó a Belén, y les dijo: «Id y averiguad bien por el niño. Cuando lo halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y lo adore».Mat.2:3-8. Pero, al miedoso sátrapa, al no recibir la información que le pidió a los Magos, no le quedó otra cosa sino mandar ejecutar la matanza de los niños que hoy grotescamente se celebra.
Ya no importa mucho que aquel pueblo que otrora fuera el elegido de Dios siga esperando el Mesías, ya responderán ante Dios. Lo que nos preocupa, y de allí estas reflexiones, es que los cristianos contemporáneos, los cuales tienen delante de ellos el mensaje completo, la Biblia, también lo coloquen a un lado o hagan caso omiso. Por cuanto así como Jesús vino por primera vez como el Mesías, su 2da venida pronto, es inminente.
¡Hasta la semana que viene Dios mediante por la WEB!
William Amaro Gutiérrez