Todos los 28 de diciembre en el mundo se conmemora el día de los Santos Inocentes. Una fecha convenida en el calendario litúrgico de la iglesia católica para recordar la matanza de infantes que ordenó el rey Herodes cuando los llamados reyes magos le anunciaron que había nacido un mesías, un salvador que le disputaría su reinado.
Pero el mundano jerarca no entendió la premonición y condenó a todos los recién nacidos de la época a muerte porque se sintió amenazado por un querubín que apenas llevaba tres días de nacido.
La tradición ha cambiado a lo largo de los siglos. Hoy en día es muy vago el recuerdo colectivo que se tiene del origen de este día trágico en el cual las madres lloran a sus pequeños asesinados por el miedo y la cobardía de alguien que se sentía solo y arrinconado en su propio reino lleno de egoísmo e injusticias.
Sin embargo, valga la ocasión para destacar que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, pide a todo el planeta no permitir que los daños en los niños y niñas sean irreversibles a causa de la pandemia de la COVID-19.
El organismo ya había hecho un alerta el pasado 20 de noviembre, día mundial del Niño y la Niña, al indicar que las repercusiones de la pandemia a largo plazo en la vida de toda una generación de niños, niñas y adolescentes pueden durar por mucho tiempo, originando una catástrofe sin precedentes.
En concreto, UNICEF habla que si los países no atienden el curso de estos efectos millones de niños saldrán perjudicados con el no retorno a sus derechos de educación, salud y alimentación, lo que comprometería aún más su futuro y desarrollo.
También advirtió que las interrupciones en los servicios básicos y el aumento de la pobreza representan la mayor amenaza para la infancia y adolescencia a nivel planetario, y cuanto más tiempo persista la crisis, más profundas serán sus consecuencias.
En el caso específico de los países de América Latina la organización encendió las alarmas también en torno al aumento de la violencia contra niños y adolescentes caracterizada, entre otros signos, por el abuso y violencia sexual y maltrato infantil.
Igualmente, pidió a todos los gobierno de la Región a preservar la continuidad de los servicios esenciales de salud y nutrición, se proteja la salud mental de los niños y el fin del abandono y el abuso de la violencia basada en género.
La organización solicita a las autoridades ampliar el acceso al agua potable, saneamiento e higiene y luchar contra la degradación del medioambiente, además de promover una recuperación inclusiva que impida el aumento de la pobreza infantil.
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