Escribo estas palabras el día 24 de diciembre sintiendo una gran incertidumbre que se debate entre la tristeza, un sentimiento de soledad, de ausencia física de seres muy queridos, de la incomprensión sobre la desnutrición impuesta al país, de la pandemia que azota a la humanidad y, el agradecimiento al Dios Todopoderoso, por el absurdo bienestar que envuelve a mi familia, y digo absurdo porque, es absurdo estar bien en un país que enfrenta la profunda crisis a la cual nos han llevado a soportar, a los ciudadanos honestos que habitamos a la “Tierra de Gracia” llamada Venezuela.
Siento que, para un inmenso porcentaje de venezolanos es incongruente el desearle una “Feliz Navidad”; muchos hogares no podrán disfrutar de lo que otrora era común, comenzando por la unión familiar destruida, y que era casi inevitable en estas fiestas en honor a Dios y al hijo de Dios, esto como consecuencia nefasta de la diáspora y la falta de combustibles para que la gente pueda transportarse; resultante oprobioso de un sistema económico desfasado y fracasado en todas las regiones en las que se ha pretendido imponer, que destruyó al aparato productivo del país, pudiéndose citar como ejemplo irrefutable, lo que ocurrió con Petróleos de Venezuela, P.D.V.S.A., y que muchos califican como brutalidad, e ignorancia de muchas personas que han aceptado la conducción de los destinos de la república, y que yo, presumo, que es un error conceptual cometido por sus adversarios, supongo, que la situación en la cual sobrevivimos los venezolanos fue planificada durante largos periodos de tiempo y se va ejecutando según lo planeado por fuerzas internas y externas, que han luchado durante muchos siglos antes de Cristo por lograr el poder mundial.
Como ejemplo, supongo, que es una confesión de partes, un libro donde se narra cómo fue buscada la, para mí, mal llamada revolución; las reuniones donde se acordaron los apoyos de líderes de países calificados como forajidos, para la insurgencia militar hecha.
Pero recordando a Richard Bach, debo deciros:
“Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendrás…
Nadie puede resolver los problemas de una persona, cuyo único problema es querer que sus problemas no se resuelvan…”
En Venezuela existe el talento necesario y recursos suficientes para recuperar el bienestar social; el conocimiento, la capacidad y la experiencia imprescindibles para rescatar al país del desastre, presumo que sólo nos falta la voluntad para emprender el camino difícil que nos espera, pero con fe y determinación lo lograremos.
Nunca debemos decir: “Nunca jamás…” Es dicho popular: “La hora más negra es la que antecede al amanecer.”
Si quieres saber quién puede resolver tus problemas, mírate al espejo y dile: “¡HOLA!”
Vivimos días de sencillas, pero profundas reflexiones. Es momento de preguntarle a Dios ¿Para qué? En lugar de preguntarle ¿Por qué?
Somos artesanos de nuestro presente que construimos nuestro futuro, es necesariamente imprescindible el recuperar la confianza en nosotros mismos, rescatar el altruismo que nos caracteriza, tomar lo bueno y desechar lo malo. Hemos sobre pasado situaciones que han servido para identificarnos y podemos actuar con mayor claridad. Se dice que:
“La mentira es torpe y tiene piernas cortas y la verdad es ágil y tiene piernas largas.”
Celebrando el nacimiento de Jesús el Cristo Redentor, elevo una oración por mi patria amada, por el bienestar de sus ciudadanos bajo el imperio de la justicia como camino de la paz…
Maximiliano Pérez Apóstol