El 10 de abril de 2019 una noticia de la fuente científica rebotó de un medio a otro por el cercano globo terráqueo, por tratarse de un extraordinario acontecimiento. En efecto, científicos habían logrado al fin fotografiar un agujero negro, un hecho de la astrofísica del cual se conoce desde el siglo XVIII. Precisamente por ser de ese color no son observables en las primeras de cambio y menos fotografiarles. Un hecho posible gracias al concurso de casi una docena de telescopios y media tonelada de pruebas.
Lo ocurrido reviste una gran importancia, pues constituye un paso confirmatorio de las teorías de del judío Albert Einstein sobre la relación existente entre espacio y tiempo. Algo vital hoy en el desarrollo de la carrera espacial que ha tomado el espacio sideral más allá de nuestro sistema solar y galaxia. El fotografiado se encuentra más allá de nuestro sistema solar y la galaxia de la Vía Láctea a unos 26 mil años luz.
Se sabe que un agujero negro es una inmensa masa de energía que surge luego de la extinción de una estrella. El mismo atrae todo lo existente a su alrededor incluyendo la luz tal como lo plantea Einstein. La luz que viaja a la poderosa velocidad de 300 mil kilómetros por segundo, la misma de las ondas de radio. Ello pese a que se trata de un gigantesco vacío.
Esta histórica fotografía abre el camino al despeje de diversas interrogantes, entre éstas lo que hay más allá de un agujero negro. Aun la forma de atravesarlo el hombre de ser posible. Su logro hace más al planeta Tierra un barrio cercano, tal como ocurrió en 1837 cuando el norteamericano Samuel Morse inventó el telégrafo con sus primero mensajes al instante y los primero vientos de la globalización de la vida del hombre. Es un acontecimiento propio de sociedades abiertas y no las totalitarias. El mismo agiliza los preparativos del primer viaje del hombre a otro planeta, como Marte que se planea para antes de 2050. Al igual que la competencia por la presencia de varios países en la carrera espacial, entre estos China, India y Francia.
Un tema sobre el que se ha especulado desde la ciencia-ficción sobre que le ocurriría a una persona que sea atrapada por un agujero negro. Y, una de las primeras respuestas es que sería extinguida al instante por la poderosas fuerza de su energía. Vale decir, el fuego, pero más terrible que el usado por la Inquisición en la Edad Media para quemar vivas a sus víctimas acusadas de brujería. También a quienes, desde el campo de la ciencia, osaron desafiar al poder civil, militar y religioso con sus planteamientos sobre la Tierra y el Universo, tal como le ocurrió al italiano Giordano Bruno. Una fotografía de esa naturaleza es posible gracias a los poderosos telescopios instalados en varios lugares estratégicos de la Tierra. Son los observadores ópticos del Universo.
Hasta ahora la existencia de agujeros negros era incierto, ahora se confirma que existen. Ello ha permitido descifrar a Plutonio como planeta, detectar energía gravitacional y observar mejor lejanas estrellas. Avances humanos como éste ensanchan el conocimiento del Universo. Es algo similar a la banda ancha que permitió el surgimiento de internet, un medio comunicacional instantáneo y sin fronteras. Un agujero negro facilitaría confirmar la teoría de la existencia simultánea del hombre, es decir, muerte y vida a la vez tema concerniente a la física cuántica.
Freddy Torrealba Z.