Baja de estatura y gigante de voluntad y valentía, de voz suave pero que resonaba en todos los ámbitos, de trato siempre cordial que adornaba una personalidad firme e inquebrantable en la defensa de sus principios, Bolivia Suarez era el ejemplo magnífico de una lideresa política que ejercía su representación ciudadana para servir y jamás para beneficio particular.
Murió siendo la Presidente de la Subcomisión de Educación de la Asamblea Nacional y nunca se presentaba como tal porque prefería ser una protagonista más dentro de la vanguardia magisterial. Solicitada por medios de comunicación social nacionales e internacionales, siempre postergaba entrevistas y declaraciones por darle prioridad a su agenda de reuniones con los grupos sociales de su parroquia Juan de Villegas (ella nunca acepto el nuevo nombre de Ana Soto).
Cuando se conformó el Frente Amplio Venezuela Libre Capitulo Lara y se necesitaba designar coordinadores en los diferentes municipios del Estado Lara, ella no tuvo inconveniente en asumir la coordinación de Iribarren junto con el dirigente sindical Héctor Contreras, tenía rango y prestigio para ocupar una responsabilidad a nivel nacional en el Frente Amplio, pero manifestó que su gente estaba en los sectores populares de Barquisimeto y que no había más honor para ello que atenderlos directa y personalmente.
Como si estas tareas no fueran extenuantes siempre atendía las invitaciones que se le hicieran del resto del Estado Lara, llevando su palabra de entusiasmo y compromiso por todo nuestro territorio, algo que siempre valoramos como un gesto de absoluta entrega a la lucha democrática quienes estábamos en la coordinación regional del Frente Amplio.
Si alguien encarnó con extraordinaria nitidez el espíritu unitario entre partidos políticos y el sector independiente del Frente Amplio fue precisamente la Diputada Bolivia Suarez. Ella no hacía ningún tipo de distinción entre ambas condiciones, sencillamente porque su rol principal era el de ciudadana cuya aspiración esencial era elevar al máximo la dignidad de todas las personas que son víctimas de un régimen depredador de los Derechos Humanos.
Su muerte fue un duro golpe para todos quienes la conocimos y tuvimos el honor de compartir con ella en lo personal. Bendito sea tu ejemplo y que algún día todo el país reconozca en ti a una de sus grandes heroínas. Estás con Dios y sigues con nosotros.
Apreciados lectores, nos despedimos con estas sentidas palabras para nuestra querida Bolivia hasta enero de 2021.
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramirez