Las tradicionales misas de aguinaldo se han dejado de oficiar en algunas iglesias este año, reconoce monseñor Mariano José Parra Sandoval, arzobispo de la Arquidiócesis de Coro, debido al peligro que representa el contagio por la enfermedad COVID-19.
Al ser entrevistado por Elimpulso.com, el prelado católico también se refirió al naufragio del sábado pasado, donde hasta ahora se sabe que fallecieron 29 personas que se embarcaron en la península de Guiria con rumbo a Trinidad-Tobago; a la donación que hizo el Papa, en su cumpleaños, de unos aparatos de ventilación a los niños enfermos de Venezuela; y al acto de celebración de beatificación del doctor José Gregorio Hernández, posiblemente en el primer semestre del próximo año.
Misas
Monseñor Parra Sandoval explicó que, este año, debido a la gravedad de la situación sanitaria ocasionada por la pandemia, la Iglesia Católica venezolana ha considerado pertinente suspender las misas de aguinaldo en muchas partes, donde es mayor el peligro de la enfermedad.
Se está oficiando la eucaristia en algunos templos, claro está, tomando las medidas de seguridad más indicadas por los organismos sanitarios.
No se puede cometer ningún desliz, dijo. Nosotros, los hijos de Dios y discípulos de Jesucristo, tenemos que pensar que a Dios le agrada mucho más la caridad. No hay que poner en riesgo la salud de la feligresía en estos días.
-¿Será oficiada la misa de gallo?
-En los templos que se pueda, se hará
Naufragio
Monseñor Parra Sandoval lamentó el fallecimiento de 28 personas (incluyendo cuatro niños) en el naufragio de una embarcación que zarpó de Guiria, en la península de Paria, hacia el Caribe con rumbo a Trinidad Tobago.
Ese hecho, como otros similares que han ocurrido desde las costas venezolanas, entre las cuales hay que mencionar la península de Paraguaná, en el estado Falcón, es consecuencia de la grave crisis económica del país, que desespera a la gente y desafía el peligro del mar para buscar trabajo, alimentos, medicinas y atención médica que no puede tener en Venezuela.
Esta tragedia que ha enlutado a un gran número de humildes familias del oriente venezolano debe llamar a la reflexión: ¿hasta cuando vamos a tener que sufrir esta situación? El llamado es principalmente a las autoridades, quienes deben atender las palabras del Papa Francisco al pedir que seamos samaritanos. Que se fijen en quienes están padeciendo hambre y enfermedad.
Indudablemente, esta es una tragedia de gran magnitud que golpea fuertemente la conciencia de todos los que somos cristianos, porque esta gente que ha muerto no tenían que salir desesperadamente en busca de una vida distinta a la que llevaba.
Hay un clamor de la población que debe ser oído, siguió diciendo monseñor Parra Sandoval, quien manifestó conocer el estado Sucre y, por ende, el estado en que vive la gente de esa entidad federal.
Donativo
Le parece al arzobispo un gesto realmente impresionante la del Papa Francisco que este 17 de diciembre, al cumplir 84 años, en lugar de recibir un regalo, él se lo haga a los niños venezolanos que se encuentran enfermos.
Está donando cuatro respiradores a este país, pero también lo hizo a otros países latinoamericanos.
No se le puede al santo padre que haga declaraciones fuera de tono, porque él sabe realmente la situación por la cual está atravesando Venezuela y, desde luego, toda la América Latina como consecuencia de la gravedad de la pandemia.
Ese gesto caritativo debe hacer que las autoridades tomen en cuenta que hay que ver las condiciones en que se encuentra la gente más vulnerable, la que requiere del mayor apoyo y vuelvo a insistir, la que necesita que se impulse el sentido del ser samaritano entre la misma población.
El Papa no está pidiendo otra cosa desde donde se encuentra, sino que seamos humanos a cabalidad, entender lo que está pasando y buscar los medios de ayuda.
Beatificación
Recordó que este 19 de diciembre se cumplirán seis meses de que el Papa Francisco recomendó la beatificación del doctor José Gregorio Hernández. No se ha podido llevar a cabo, explicó, por la presencia de la pandemia que impide celebrar la ceremonia.
Sin embargo, es posible, comentó, que sea en el primer semestre del próximo año. Pero, indudablemente, todo dependerá de las cirunstancias que estemos viviendo.
Hay que hacer hincapié en que la admiración por el Dr. José Gregorio Hernández no sólo es de Venezuela, sino de muchos países latinoamericanos que conocen la trayectoria de este eminente médico y sobre todo de su entrega a los más necesitados, afirmó monseñor Parra Sandoval.
