Este distorsionado formato del periodismo radiofónico se caracteriza por sus inevitables equívocos por parte de periodistas y locutores desde los inicios de la radio en EEUU y Venezuela. Por su incompatibilidad con la radio lo más común son los yerros con la negativa consecuencia de perturbar el proceso eficaz de la comunicación e información al escucha.
Es un formato de producción mínima conocido como radio periódico o revista de prensa consistente en copiar y transmitir informaciones de otros medios generalmente si la necesaria adaptación radiofónica. Formato que niega la creación y fomenta un profesional de la comunicación perezoso y parasitario. Una evidencia de la atrofia de la radio sin crecimiento cualitativo alguno en su género periodístico. A los errores de concepción y tratamiento se une el grave hecho de que se trata de noticias pasadas impropias de la radio.
Así todavía subsiste el disparate de expresar por el micrófono cuando son leídas noticias del periódico “tal como lo vemos en la fotografía”. Un anacronismo también extensivo hoy cuando se usan las redes y la multimedia segados por la presunción de vanguardistas o modernos.
También al emitir información tomada de la televisión la locución “como lo vemos en la cámara”. Ello más lo lento del relato inapropiado para radio por provenir de un medio auditivo.
El contrasentido además de “me hace falta una cámara de televisión para mostrárselos”. Un error propio de un sistema comunicacional que ignora y subvalora el rico lenguaje radial generador de imágenes sonoras en la voz de un buen periodista o locutor. Ambos están para cumplir esa labor en lugar de anularla.
Titulares en frases incompletas como: “La botó de jonrón” o “Hueco descomunal obstruye el paso”. Esas expresiones por radio es como decir nada por la falta de elementos de la noticia. La resultante es dejar al oyente en el limbo quien cambia de dial por la falta de precisión.
Repetición mecánica de los errores en las informaciones de otras aplicaciones. Ello a veces con la temeridad de expresar al aire que no se entiende la noticia pues mucho menos el auditor.
Lecturas de entradas largas con contenidos de periódicos construidas con exceso de palabras para radio más allá de 18. El primer afectado es el narrador que debe realizar un sobresfuerzo para leer oraciones largas y compuestas. Luego el escucha que no asimila y menos entiende un contenido de ese tipo hecho para el ojo humano y no el oído.
Transmitir en pasado lo que ocurre al momento. Inexplicablemente se suele escuchar por el medio de las ondas, narraciones en pretérito de lo que ocurre al momento. Tengamos presente que la radio es el medio del tiempo presente al máximo.
Estos hechos niegan la esencia de un dispositivo instantáneo como la radiodifusión y su poderoso género periodístico. La solución en parte es la obligante adaptación de noticias provenientes de otras plataformas, inclusive las digitales lo cual desde luego requiere tiempo y personal. Convertirlas en asimilables por el oído al cual está dirigida la radiodifusión. Proceso que pasa por el uso de oraciones cortas y voces.
Lamentablemente, el periodismo radial en Venezuela nace negándose así mismo por carecer de producción propia, original y actual por leer noticias de los diarios impresos. Un problema que erróneamente se cree desaparece por poseer tecnología digital. Por el contrario, asume otra forma.
Freddy Torrealba Z
